Octubre En Mis Venas

Parte 1 (Prologo)

Los días de Octubre le encantaban, era un tanto de la temperatura fría; la tenue brisa invernal que se albergaba, la transformación de toda la flora existente y la pálida esencia de la tristeza que inundaba que inundaba en esas fechas; y es que en Octubre era su cumpleaños. No, no de el, si no mas bien de "el".

Adrian...

Se había perdido en el color avellana de sus ojos, como si fuese un pequeño pez en un inmenso mar de miel. El tono misterioso, tierno, pero sobre todo inocente de este chico, le hacia sentirse bien, bien consigo mismo, un sentimiento que no tenia desde los 10 años. Y es que a esa edad solía recorrer los bosques de coníferas con su familia, justamente cuando el otoño tomaba presencia de la situación.

Habían dos cosas particularmente raras en este chico, pero que de una u otra forma eran las que mas le cautivaban. La principal era la seriedad inquebrantable que tenia su rostro, le recordaba a algún guardia real de Inglaterra; se pregunto infinidad de veces que era prescisamente lo que pasaba por la mente del chico, y simplemente admiraba desde la distancia esas delicadas lineas a los costados de su boca, que siempre resaltaban al momento en que este se reía fuese pequeña o antisonantemente. Y es que Adrian no solía ser muy alegre, incluso había mucho misticismo al rededor de el, solamente tuvo la fortuna de verle sonreír en dos ocasiones, y en ese momento el deseo haber sido el responsable de semejante acto. Era como si detrás de esa firme e irrompible imagen, se escondiese un ser sumamente sensible que se rompiera como una copa , una simple y común copa.

La segunda cosa era la manera en que su ondulado cabello se movía, delicadamente, suave... Como si pidiese permiso al viento de algún acto indebido o prohibido, le recordaba mucho al momento el que el viento soplaba y las hojas de los enormes arboles de aquel comenzaban a caer, como una lluvia color maple.

Sabia exactamente donde se encontraba cada uno de sus lunares: Uno en el pómulo derecho, otro escondido traviesamente debajo de su labio inferior en el extremo derecho, y dos mas detallados en el brazo izquierdo, justamente a escasos centímetros de su muñeca. Admiraba ese tono de piel ligeramente tostado por los rayos solares, que hacían un par agresivamente hermoso con sus ojos.

De vez en cuando revisaba su bien estructurada anatomía, sobre todo cuando solía llevar ropa mas ajustada de lo debido. Un momento en las duchas, sorpresivamente se encontraban ambos solo; sentía un malestar en su estomago, como si cientas de hormigas decidieran hacer algún tipo de manifestación dentro de su órgano, únicamente atino a bajar la mirada, como si fuese un pecado verlo en ropa interior, pero como es sabido, las hormonas ganaron su batalla, su cuerpo comenzaba a aumentar su temperatura y su mente traicionera comenzó a maquinar ideas desproporcionadamente explicitas, y el punto 0 fue cuando noto esa bien trabajada zona, y aquella coqueta V marcada debajo de sus abdominales, causantes de una vergonzosa erección.

Y es que Javier no se consideraba a si mismo precisamente guapo, odiaba todo tipo de etiqueta, si bien, el comprendía que le resultaba atractivo a bastantes de sus compañeros de escuela, el trataba de no hacer algún alarde de ello. Media 1.77 mts, lo cual le hacia un poco mas alto que la media de sus compañeros; su cabello tenia un negro tan intenso, que haría que la noche se sentiría avergonzada de tal tonalidad, sus ojos tenían un aura de tristeza, que facilmente se delineaba con ese color miel que le recubría, James Dean, le decía su abuela que con gran acierto mencionaba a aquellos ojos. Tenia una tonalidad alegre en la cara, aunque con cierto aire de dureza que solo eran participes de ocultar que realmente era como una vajilla de porcelana que podía quebrarse sencillamente. Su cuerpo era mas bien regular, pero tenia una apariencia atlética y saludable.

Las historias de amor, suelen tener referencias desproporcionadas de romanticismo, y mucha gente suele llamarlas hipócritas, y están en lo correcto; pues el amor no es mas que simplemente una vil jugada de eso que algunos llaman destino y que entrelaza dolorosamente la vida de todos.