Capitulo 2 - Naranja y Verde

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 -  ¡Corte! -se escuchó decir al director Columbus detrás de escena- Hemos finalizado por hoy, recojan todo por favor.

 Todos los trabajadores, entre ellos iluminadores, gente de escenografía y camarógrafos comenzaron a desmontar los equipos en silencio con la monotonía que los caracterizaba, todo había sido grabado en un estudio dando la sensación de estar en New York; Chris Columbus, un hombre de unos 54 años se dirigió al Impala con paso suelto y elegante de donde ahora estaban saliendo Emma y Ezra, los actores que interpretaban a Sam y Patrick.

-     Muy bien chicos, mañana continuaremos la grabación, esta vez con Logan. -comentó sonriente mientras le daba una palmada a Ezra en el hombro.

 -     Gracias por todo señor -dijo Emma tratando de sonreír a pesar del cansancio, ya que habían estado todo el día grabando esa secuencia en particular, “La huida” según el guión.

 -     Recuerden, mañana  a las nueve de la mañana -indicó Chris mientras los acompañaba hacia la puerta del estudio y los miraba detrás de sus lentes.

 -    Aquí estaremos -sonrió Ezra, haciendo que sus ojos se achicaran, luego entendió su mano y la estrechó con la del director para luego salir con Emma hacia los vestidores.

Ezra se sentía algo cansado pero evitaba demostrarlo frente a todo el equipo, las debilidades no eran bien recibidas en este medio y se sorprendía muchas veces de que lo contrataran como actor ya que él se describía como un alguien “raro y excéntrico”, y tendía a serlo por su actitud el 90 % de las veces, desde el día en que fue llamado por Columbus para proponerle el papel no dudó un instante, no solo porque fuera él y no otro director el que llevara a cabo el proyecto sino también porque ya conocía al resto de los actores, que eran los mismos de The Perks of Being a Wallflower-las ventajas de ser invisible-, al hombre se le ocurrió extraer de un dialogo de dos segundos todo un film nuevo. “Hombre loco y sin oficio” pensó Ezra curvando la comisura de sus labios en un intento de sonrisa mientras entraba a los camerinos.

Un pequeño espacio, con no más de una peinadora, con un espejo y a un lado un perchero con diferentes cambios de ropa, se quitó el traje de “Gánster”, dejándolo a un lado con pereza para luego ponerse su ropa casual y mucho más cómoda con la que había llegado, unos jeans negros, una camisa de vestir a cuadros que arremangó hasta los codos y unos tenis; su reflejo en el espejo ahora le mostraba a un chico cercano a la edad que tenia, 20 años pisando los 21, muy alto y muy delgado que adoptaba una pose encorvada “Como si eso hará que todos los demás se vuelvan más altos” se dijo con ironía mientras despeinaba sus cabellos negro azabache arremolinando en las puntas, tomaba su bolso y salía de nuevo.

Cruzó varios pasillos, se despidió de un par de personas conocidas, mas de rostro de nombre que hicieron un ademán cuando lo vieron pasar y luego llegó al estacionamiento, casi no habían autos a esa hora, solo unos 10 entre los cuales figuraba el suyo, un Ford de cuatro puertas color azul marino, antes de subirse divisó a Emma a unos cuantos metros revisando su celular.

 -        ¿Te llevo? -preguntó Ezra mientras apoyaba ambos antebrazos del capó del auto. Emma subió la mirada buscando la voz que le hablaba hasta que lo divisó.

-        No, Frederick viene por mi esta noche -sonrió- Pero gracias igual.

-        Oh, seguro. -le devolvió la sonrisa, mientras se subía al auto y realizaba un ademán con la mano de despedida- Nos vemos mañana.

-        Seguro, que estés bien -comentó.

Ezra asintió y dio marcha a su auto, no tardó en entrar  a la ciudad pero tuvo la idea de meterse por la avenida y una enorme cola lo atascó por dos horas, para cuando llegó  a su edificio eran pasadas las 10 pm, aparcó de nuevo su auto en el estacionamiento subterráneo y cuando llegó al ascensor este no funcionaba, maldijo por lo bajo presionando repetidas veces y de mala gana el botón circular para llamarlo, pero nada: muerto.  Resignado tomó las escaleras, le esperaban  nueve pisos de escalones estrechos y semi-alumbrados, subió los 4 primeros en paso rápido pero rápidamente se cansó y terminó subiendo con calma, total, ya estaba allí.

La Zorra y el HalcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora