46. Vogue.

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El frío y sequía, y los colores amarillo y gris adornando los árboles de cada valle, indicaban que nos encontrábamos ya en el nocturno mes de Septiembre.

Muchas cosas habían cambiado, debo confesar.

A mis veintiún años, todavía seguía pareciendo una adolescente. En el trabajo, me siento orgullosa de poder decir que he conseguido un ascenso a asistente personal de Elizabeth, quien es una persona completamente diferente a quién era meses atrás.

Más cariñosa.

Más amable.

Y con una sonrisa que es muy, muy difícil de borrar de su rostro.

Eleanor y Louis, bueno, como siempre, felices y enamorados. Tanto, o más que Niall y Megan, el rubio había viajado meses atrás hasta Mullingar, Irlanda, para presentarle a Megan su familia.

Amaron a la rubia, y la rubia los amó a ellos.


¿Y yo? Bueno, si he tenido dos citas en estos meses, es mucho. Nadie importante, sólo chicos idiotas interesados en un poco de cama y sexo.

Pero yo no busco un poco de cama y sexo, yo busco amor. ¿Es algo tan difícil de entender?


Bueno, me tranquilizaba un poco -o eso pensaba yo- que no fuese la única soltera en el grupo de amigos, pues Garret aún seguía con la vaga esperanza de que algún día yo iba a ser su chica elegida.

Siempre pensé que bromeaba, debido a que cada fin de semana se le veía con una pelirroja, o una rubia diferente. Pero no tuve idea de lo equivocada que estaba.

Lo único que sí es cierto, es que, desde aquel beso en Año Nuevo, nada ha sido lo mismo entre él y yo. Pocas veces cruzamos palabras, pocas veces cruzamos miradas. Mi relación con él ocurrió lo mismo que con la de Zayn, por dejar a salir a la luz nuestros sentimientos, todo se cayó.

Zayn...


Si se preguntan si lo he olvidado, les mentiría si les dijera que lo he hecho.

Si se preguntan si lloro cada noche por él, les diría que no, y no me creerían que miento.

Y si le preguntan a él si me extraña... bueno, eso sí no lo sé.

No lo sé, porque sé cómo está. O tan siquiera si sigue vivo.

Pocas veces he hablado con Harry o con Liam, y en ninguna de nuestras escasas conversaciones ha salido el nombre de Zayn. Con Danielle si mantengo el contacto, hablando por Skype o simplemente por WhatsApp.

Pero, enfocándonos en otros temas, me encontraba almorzando con mis padres, en un restaurante en la parte central de la ciudad, celebrando con alegría que ya soy una graduada de Yeshiva University, la universidad de Fotografía con la que tanto soñé una vez, y ahora, luego de mucho tiempo, mi meta de ser una fotógrafa, por fín se ha cumplido.


-Esos amigos tuyos sí me cayeron bien -sonrió mi madre, luego de pedir la orden- Son tal y como los describiste.


Sonreí. Estaba segura de que mis amigos iban a caerles bien desde un principio.


-Sí, todos son muy buenos. Pero, el tipo ese, de las cejas grandes...

-Garret -dije, con incomodidad.

Enamorando a Verónica → zaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora