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Saeko Suzuki:

Pasó una semana desde que Takashima se había quedado a dormir.
Desde que ese día ocurrió, mi vida fue de mal en peor:

Un video erótico entre Takashima y yo se reprodujo en el televisor de mi dormitorio, mientras estaba durmiendo. Mi padrastro me despertó, logrando ver el video y que Yuu se encontraba a mi lado.
- ¿Qué es esto?¿Qué haces en mi cama?- Preguntaba sin poder razonar lo peligroso de la situación.
- Shh... Mira el video, observa esos movimientos.- Él me obligaba a ver mi propia experimentación de las posiciones del Kamasutra con mi pareja.- ¿Sabes? Me encantas. De echo... he visto más de diez veses ese video.- Besó mi mejilla.
-¿Qué quieres?- Pregunté, rezaba para que no me pase nada malo.
- ¿Que qué quiero? Pues... Quiero lo mismo que le das a él... Tu divino cuerpo.- Soltó mi mandíbula, debido a un golpe que le había dado en su estómago.
-Pudrete, ni loca voy a hacer eso... Es mas, mañana mismo le digo a mi madre con la clase de hombre con la que se metió.- Shiroyama se iba colocando encima, acercando su rostro al mío.
- Si le dices, yo le digo que te juntas con tus amigos y fumas mariguana, tal cual como el delincuente de tu hermano... Ah! Y a tu novio que me quieres follar.- Jugaba de manera muy sucia.
- Todo eso es mentira.- Me defendí, tratando de mantenerme atenta a los movimientos del otro y buscando una ayuda.
-Ah, ya veo... Porque no fumas, porque no tienes ese maldito cajón con rollos de hierba.- Apuntó al cajón de mi ropero.
-¿Por qué revisas mis cosas? Eres mi padrastro, no tienes autoridad para hacerme esto. ¡Y aléjate de mi!- Intenté darle una cachetada, pero fue más rápido que yo, tomó mi mano y la estrujó. Gemí del dolor.
-Yo hago lo que se me dé la gana, ¿Entendiste?- Continuaba tratando de quitarme de encima al imbécil que quería acostarse conmigo. - Escúchame bien, tendrás tiempo hasta este fin de semana para pensar y decidir que seas mi "conejita playboy", nena.- Besó mi frente, abrió la puerta, observándome desde ella.- Acuérdate de lo que pasará si le dices algo a tu madre...- Volvió a mirar el video.- No te molestes en romperlo, tengo el original.- Guiñó un ojo y se fue.

Apenas cerró la puerta, lloré desconsoladamente. No podía creer lo que me había propuesto, sus morbosas intenciones. Admito que tiene un buen físico, pero nunca tendría relaciones con ese hombre.

Pasó la semana. La noticia de que Yuu se quería acostar conmigo no le dio gracia a mi madre, pero tampoco se enojó hacia él, sino hacia mi.
Aquel bastardo le dijo que yo le está insinuando, que lo provocaba, que quería entregarme a morder el fruto prohibido junto a él.

-¿Vas a ir a la escuela?- Preguntaba Akira mientras terminábamos de desayunar.
- No, no me siento muy bien.- Le dí un ultimo sorbo a mi café con leche, lavé la taza, saludé a mi hermano menor y volví a acostarme.

El sonido de la puerta cerrándose y el contacto con un frío cuerpo me habían despertado, era Shiroyama, manoseado mi cuerpo. Apenas sentí que acariciaba mi cintura semi desnuda, volteé para alejarlo,dañarlo si era necesario.
- Te dije que no le dijeras nada sobre esto a tu madre.- Sus manos detuvieron las mías, se sentó sobre mis caderas, separó mis manos, colocándolas a los costados de mi cabeza.
-Vos le dijiste que yo te estaba insinuando.- Sacudía mis brazos con la intención de que me soltara.
- ¿Acaso mentí? Las polleras cortas, la ropa ajustada a tu cuerpo, y podría seguir... Vos me provocas.- Al terminar, corrió su cabeza hasta el costado de mi cuello, comenzando a succionar, morder y lamer.
Hacía movimientos indescriptibles para quitármelo de encima, gritaba pidiendo ayuda,pero recordé que no había nadie en la casa, excepto Yuu y yo.
Juntó mis manos para retenerlas con sólo una mano, mientras que con la otra se desabrocha el pantalón, sacando su genital masculino para meterlo en mío. Y así lo hizo, formaba un vaivén contra mi cuerpo, nada podía detenerlo, ni siquiera mi llanto.
Rompió mi remera rosada, que utilizo para dormir, para ver y manosear mis pechos.

Deseaba estar muerta, cualquier otra situación era mejor que estar siendo violada.

ViolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora