» CAPITULO DIECIOCHO

4.1K 300 75
                                    

» CAPITULO DIECIOCHO


— ¿No puede irse del hospital? – pregunte ya irritado.

— Es una situación complicada, Señor Dragneel, las personas en coma no se recuperarán con facilidad – paso sus manos por su rostro cansado — Llegan a tener traumas e incluso pueden llegar a temer a la vida fuera del hospital. Si la Señorita Heartfilia se marcha puede llegar a tener un gran problema de salud e incluso mental.

— L-lo entiendo... – baje la voz cruzándome de brazos.

— Hay muchos medicamentos disponibles y muchas terapias que ofrece el hospital para el bienestar del paciente – tomo uno de los folletos que había en el mostrador y lo abrió mostrándome que tipos de planes ofrecían — Tenemos a nuestro psicólogo, y nuestra neuróloga a su disposición. También tenemos terapias para mejorar la movilidad de sus piernas y brazos. Puede tomarlas todas o solo algunas – me entrego el folleto acomodándose la ropa — Aún así el hospital le hará sus propios análisis y recomendaremos a los mejores para su recuperación – me estrechó la mano y se dio la vuelta dejándome solo en él mostrador.

Camine hasta la habitación donde permanecía Lucy y mi hermana. Hacia unos días que Lucy había vuelto a hablar con normalidad y ahora que podía hablar no paraba de hacerlo.

De vez en cuando se notaba distraída y algo alejada de la vida como si estuviera pensando en algo y eso la arrastrara fuera de la realidad.

Recordé las palabras del doctor «Es difícil que un paciente vuelva a ser el mismo de antes».

— Trabajé en el verano con mi abuelo en la tienda que dejó mi abuela antes de fallecer, fue divertido aún que algo agotador. Mi abuelo me decía "tienes que limpiar todos los muebles que haya en el lugar". Aún que al final destroce varias cosas... – soltó un gran suspiro sacándole una risa a Lucy. — Mi abuelo me dejo permanecer en la tienda por mucho más tiempo y seguir ayudándole – Lucy le sonrió ampliamente mientras le contaba sobre Aroma y Café, y las amistades que había hecho en ese lugar.

Recordé el libro que jamás devolví, aún lo mantenía en el estante de mi habitación. Cada vez que lo veía recordaba el nombre de la protagonista «Lucy».

Era algo cómico que me gustara tanto un libro por su nombre, tanto por la historia de amor larga y ciega.

Tanto por qué me recuerda a ella.

«Si vuelvo a renacer me encantaría hacerlo junto a ella» De esa manera había terminado todo.

Simples palabras, muchas emociones.

— Llevas mucho tiempo ahí parado – escuche su voz — No piensas venir a hablar con nosotras.

— Están tan entretenidas que pensé que solo era una pared pintada – me burlé entrando por completo.

— Si quieres serlo... – se burlo Wendy.

— ¿A sí señorita "nunca me callo"? – me seguí el juego.

— A Lucy le gusta hablar conmigo – Wendy me saco la lengua y yo imite su acción indignado — Y me habla de todo lo que ha pasado en este año..., se me hace increíble que este con alguien como tú – se burlo.

— ¿¡Ah!? ¡Yo soy genial! – dije con egocentrismo fingido.

— En el mundo de Alicia en el País de las Maravillas – ambos entrecerramos los ojos en busca de pelea. Estábamos bromeando, cada palabra que salía de nuestras bocas eran por el simple hecho de no hacer que Lucy se «perdiera» una vez más en sus pensamientos.

— Ya basta ustedes dos, perece que tienen quince años – soltó un suspiro burlón.

— Tengo quince años.

Amor a un escenario; naluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora