Mi nombre es Elisabeth Clayton. Tengo 20 años y he vivido por toda mi vida sumergida en una burbuja; ignorada por todos y con ningún contacto humano que no sea mi familia. Soy una persona callada y reservada y probablemente esa sea la razón por la que no he tenido, tengo o tendré muchos amigos.He sido educada de una manera severa e impasible. Criada por los típicos padres que no pudieron cumplir su sueño e intentan lograrlo a través de los ojos de sus hijos, a pesar de que ellos no quieran ser lo que sus padres le imponen, y muchas de las veces, ese es uno de mis problemas.
Desde que tengo memoria, me han enseñado que si no soy guapa, jamás triunfaré y nadie me querrá. Asimismo, me dijeron que si no sobresalía académicamente, no iría a ninguna prestigiosa universidad y mucho menos encontraría un trabajo estable que aportara suficiente dinero. Como él de mis padres. Esas dos razones, fueron probablemente las que causaron mis estados de depresión.
Hay personas que creen que su pelo es bonito, a pesar de que sus ojos no vayan más allá. Otras, piensan que a pesar de tener una nariz grande y unos dientes torcidos, su cuerpo tiene unas curvas y formaciones bonitas. Bueno, yo no. Yo siempre he sido muy insegura y siendo objetiva, no creo que destaque en nada. Mis ojos color miel, siempre están apagados y no tienen un tono para nada original. Mi pelo, castaño y liso, tiende a enredarse y a ser áspero. Y por último, mi cuerpo está lleno de cicatrices, no de autolesión, si no de las marcas que dejo mi descenso repentino de peso.
En el instituto, nunca tuve muchos amigos, debido a mi carácter antisocial. Los pocos que tenía, se alejaron con el tiempo y la gran mayoría de ellos me traicionaron. Es un tema que está en el olvido y que no quiero recordar.
Al ser la típica chica que sacaba buenas notas y nunca se quejaba u opinaba, fui el saco de boxeo de varias personas; sufriendo bullying por varios años. Esos años fueron horribles, ya que al ser una persona acomplejada e insegura, me afectó mucho.
Tampoco he tenido novio y por ende, soy virgen. Aunque, sinceramente, jamás me he sentido atraída por el sexo opuesto o viceversa, dado que las pocas personas que he conocido, han resultado ser totalmente diferentes a como eran o directamente, idiotas de fábrica.
He sido el títere de muchas personas. Como el de mis padres cuando querían que me apuntara a concursos académicos o me peinaban y arreglaban como ellos querían para que su hija fuese bonita. Y a veces siento que para ellos sólo soy un objeto manipulable con él cual pueden hacer lo que quieran; y como no había resultado ser la hija que ellos esperaban; guapa, talentosa, inteligente... Simplemente me retocaban hasta que estaban conformes.
Me gustaría poder decir lo contrario; pero soy débil. ¿A quién engaño? Soy vulnerable y nada puede cambiar mi ser. Lloro por todo, me ofendo por el más insignificante comentario. Vivo con el peso del dolor y del temor a ser juzgada sobre los hombros. Nadie puede cambiarme, soy así y no hay nada que hacer. No digo que me guste ser como soy, ya que odio cada parte de mi ser, si no que soy alguien irreversible. Estoy hecha de una manera y así me quedaré.