No piensen que esto es algo fácil de escribir, por favor. Por más de que las palabras se lean con facilidad, esto es una gran parte de mis sentimientos y emociones. Mi nombre es Michelle, tengo 16 años; Capricornio, Santiago de Chile.
Recuerdo que esta mañana amanecí un poco mal, disgustada, quizás hubieran sido los vómitos que tuve hace unos minutos, o quizás no. Cuando me había visto en el espejo del baño, mis ojos estaban rojizos al igual que mi nariz; pálida y con ojeras, mi imagen me había recordado lo mal que estuve anoche y lo tarde que he dormido. 5 am despierta, derramando lágrimas tontas por un imbécil que no es hombre. Pero eso es otra historia.
Tengo una gran admiración a la fotografía. Por lo general, me gusta admirar el exterior. Mis mascotas pueden formar parte de la fotografía, dejando mucho más admirable la foto.
Lo que continúa, es la literatura. Realmente me gusta escribir, eso evita que me ahogue en pensamientos. No diré por qué no los comparto, por lo menos, no por ahora.
Seguramente alguien de ustedes debe estar pasando por varios problemas en su vida (ya saben, como todo adolescente). Pero yo, yo no sé si considerar a mis situaciones "problemas". ¿Quién llamaría un problema a sacarse notas bajas cuando ni siquiera estudias? No es mi caso. Bueno, sí, pero no estudié para aquel examen de Física porque había estado muy ocupada. Créanme, lo estaba. Pero eso no es un problema para mí, me va bien en clases. El Liceo no es mi lugar favorito, pero algunas veces disfruto observar a las personas y anotar algunas cosas sobre ellas. No me crean acosadora, solo uso esa información para situaciones como esta. Para escribir historias, pero esto no es una historia, recuérdenlo o ya me caerán mal. Por las dudas voy a repetirlo: ESTO NO ES UNA HISTORIA. ¿Ya? Continuemos.
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Michelle
Teen FictionNo tengo por qué dar explicaciones. No le debo nada a nadie. Si me quiero caer, me caigo; y, si me rompo, no importa, que yo sola me reparo.