Disclaimer: Naruto y sus personajes pertenece a Masashi Kishimoto. De ser míos, Itachi no estaría muerto. :(
Créditos de la hermosísima imagen a evantardadam.tumblr.com
Este fanfic participa en el reto especial Halloween del foro La Aldea Oculta Entre Las Hojas.
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El genio marionetista
En época de guerra, cualquier salida parece la indicada. Un soldado que ha perdido familia y amigos se cansa de esperar a que el conflicto se resuelva. Aun cuando es el hermano del mayor, aun cuando se trata del comandante de la segunda división de los Uchiha; aun con todo eso, Izuna ya no tenía esperanzas para continuar ahí, de frente a los Senju, y ver cómo su clan va perdiendo fuerzas, va perdiendo hombres y se va desintegrando ante cada día que pasa.
Izuna ya no veía salidas, ya no veía motivos para seguir sufriendo; temía ser él el siguiente en morir. Temía que fuera Madara, su hermano. Temía tanto en ese momento, en ese único momento en el que podía pasear por el desierto sin el temor de ser atacado por sorpresa. Porque aunque ambos clanes - Uchiha y Senju - buscaban la victoria, ninguno rebajaría su honor matando a un superior cuando no tenía armas consigo o un ejército que lo respaldara.
Lleno de frustración tras recordar la muerte de sus padres y hermanos, pateó una pequeña roca, con lo que descubrió una lámpara típica del Medio Oriente. Sin darle mucha importancia, Izuna la pateó para quitarla de su camino. Desde que la guerra empezó, cuando él tenía tan sólo 4 años, había dejado de pensar en cuentos de hadas. No tenía tiempo para reparar en si ésa era una lámpara de genio o no. Asimismo, tampoco le importaba: honestamente, sólo había salido con el objeto de buscar una excusa para dejarse morir al siguiente día.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, la lámpara a sus pies se sacudió interminablemente hasta presentar un dejo de humo negro, seguido por una delgada mano que se aferró a la boquilla de la lámpara para impulsarse. Izuna observó el espectáculo sin dejar de sorprenderse. Por un breve momento, sus deseos se vieron iluminados ante la idea de poder cumplirlos con la ayuda de un genio. No se preguntó cómo era que eso podía ser real, no se preguntó absolutamente nada. Pues tenía frente a él a un delgado, pero imponente pelirrojo que en su pecho llevaba un extraño núcleo con el kanji "escorpión".
Izuna quiso sonreír, pero antes de que pudiera hacer cualquier otra cosa, el genio - que escalofriantemente se deformaba de la cintura a lo que tendrían que ser sus pies, dándole una forma de gota inversa a su figura - iluminó la yema de sus dedos para extender delgados hilos azules para atrapar y controlar, cual marioneta, a Izuna.
Con movimientos rápidos y acertados, el genio sacó de un compartimiento de su espalda un pergamino y un bolígrafo de pluma. Tras mover unos milímetros sus dedos, consiguió que Izuna tomará el bolígrafo al mismo tiempo que extendía el pergamino frente a él. Aun con los esfuerzos de Izuna por deshacerse del control del genio, se vio obligado a firmar un documento que ni siquiera pudo leer. De inmediato, los hilos que lo obligaban a hacer eso, desaparecieron.
Fue hasta ese momento que el genio guardó tanto el bolígrafo como el pergamino, que se presentó como cualquiera esperaría... o, casi.
- Mi nombre es Sasori de la Arena Roja y te concederé tres deseos fuera de toda regla. Como el documento lo indica, tendrás que entregarme algo de ti cada que un deseo tuyo se vaya a cumplir. - habló con una voz un tanto profunda, pero con la mirada un tanto frenética.
Evidentemente, Izuna no creyó que ese trato fuera algo que realmente le conviniera. No era estúpido; ese genio no le parecía de fiar y no buscaba aceptar cualquier cosa de él.
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El genio marionetista
FanfictionLos genios usuales buscan complacer a sus amos, pero Sasori de la Arena Roja no es un genio usual. Izuna, un comandante desesperado que busca salvar a su hermano, sabrá hasta dónde llega el sadismo y la locura del genio marionetista.