-Dios, cuánto te odio.-Vamos, no me odias -dijo Niall, sujetando el pelo de Harry y acariciándole la espalda. Harry le miró, arrodillado en el baño y apoyándose en la taza del váter.
-Si, si que te odio. Tres óvulos al año y los pequeños soldaditos Horan tenían que encontrar el camino. Y ahora estoy muriéndome y todo por tu culpa.
-Vamos, no te vas a morir -Niall miró disimuladamente el reloj. Llevaban así dos horas, y supuestamente tenían un pequeño show ese mediodía para un grupo de fans que habían ganado un sorteo.
-Ponte en mi lugar -Harry suspiró. El estómago le hizo un movimiento raro y sintió la bilis subir por la garganta. -Ahí vuelve.
-Ha sido el peor día, ¿no?
Harry asintió. Cuando las náuseas le despertaron a las siete y media, pensó que sería como los días anteriores. Algo de náuseas hasta que vomitara y genial. Pero llevaba dos horas alternando náuseas secas y arcadas con vómitos, y empezaba a pensar que se moría de verdad.
-He mandado un mensaje a tu médico. Que es normal y que no te asustes -dijo Niall. -¿Cómo vas?
-Mal.
-Voy a avisar de que anulen la actuación este mediodía. Tú tienes que dormir y descansar.
-No, Niall, de verdad. Estoy bien y estaré mejor. Y más adelante de verdad tendré que tomar días libres.
-¿Estás seguro?
-Si, mucho mejor. -dijo Harry -ya casi no tengo ganas de vomitar.
-Tampoco es que te quede mucho dentro para hacerlo.
Harry se incorporó despacio y se tambaleó hacía el lavabo. Echó pasta en el cepillo de dientes.
-¿Qué mierda es ésta? Esta pasta sabe a mierda y da asco.
-Es la de siempre.
-Pues me sabe diferente. De hecho, me han vuelto las ganas... -Harry corrió y volvió a abrir la tapa del baño. Niall hizo una mueca al sentirlo vomitar.
-Iremos a la farmacia y compraremos una sin sabor.
-¿Por qué eres tan bueno conmigo? No me aguanto ni yo. -dijo Harry levantando la cabeza -si yo fuera tu, me odiaría.
-No te odio. Te amo.
Harry se levantó de nuevo, se enjuagó la boca y miró a Niall.
-Pero soy odioso.
-No, sólo estás bajo el efecto de un festival de hormonas. Y llevas dentro a nuestro bebé, y no me importa lo que me digas porque se que me quieres. -Niall le acarició la cara-No llores...
-No lo puedo evitar.
-Anda, date una ducha. Y si realmente quieres ir al show...
-Dúchate conmigo -dijo entonces Harry.
-Llevas dos horas vomitando. No puedes tener ganas de hacer el amor.
-¿Ves? Soy odioso. Lloro y me río y me enfado y luego estoy enfermo y a la vez cachondo y ahora estoy feo porque llevó dos horas ahí y tu no me ves guapo, y yo te acoso y...
-¡Para! -Niall le cogió los brazos. -Claro que te veo atractivo. Y ahora mismo estás muy dulce y vulnerable con esa carita -Niall le besó -y si hay que hacer el amor, se hace -dijo Niall riéndose.
-No, si es por obligación, no -dijo Harry.
Niall puso los ojos en blanco. Madre mia...
-No es por obligación.
-Si, ni siquiera te apetece.
-Me apetece.
-Olvidalo.
-¡Por el amor de Dios! ¿Follamos o no?
-Y ahora me gritas. ¿Qué te he hecho para que me grites?
-Harry, no te estoy gritando. No llores, joder.
-Y ahora eres grosero.
Niall se pasó una mano por la cabeza. Estuvo a punto de contestar pero se recordó a si mismo que Harry no necesitaba gritos.
-Harry, deja de llorar. Siento haber gritado. Y si quieres hacer el amor, estaré deseando hacerlo contigo, como siempre. Porque eres el amor de mi vida.
Harry sollozó y le abrazó.
-¿Ves lo bueno que eres conmigo?
-Ay, Dios. -Niall le abrazó -¿Qué vas a hacer?
-Vamos juntos a la ducha.
-Estás débil de vomitar. Nada de sexo de pie hoy. Si quieres sexo, será en la cama.
-Déjame ducharme antes -pidió Harry.
Niall volvió a la cama. Abrió las sábanas, se desnudó y esperó, ya expectante. Harry le llamó diez minutos después.
-¿Niiiii?
-¿Qué, cariño?
-Me he mareado un poco.
Niall saltó de la cama y corrió al baño. Harry estaba sentado en el suelo de la ducha cubierto por el albornoz.
-Mierda, Harry, joder. -Niall le cogió y le levantó -¿Estás bien?
-No me he hecho daño, pero quiero vomitar otra vez -dijo Harry.
-Vale. Eso tiene fácil solución.
-Lo siento, pero ya no quiero hacer el amor.
Niall intento contenerse para no chillarle. Le sujetó el pelo mientras Harry empezaba con las arcadas.
-Mierda, Niall. Te odio -dijo Harry.
Niall no pudo evitar reirse.