Corazón de plastico

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Resonaba el sonido de sus tacones al pasar por el pasillo de la empresa mas exitosa de maquillaje. Cabello rubio celdas tan finas y doradas como los mismos rayos del sol. Ojos de aurora, un azul ahogado en llamas verdes. Nariz perfilada... Piernas largas y pies pequeños. ¿Toda una reina no? "¿Cuando diablos piensan mandarme los informes  de gastos?" Su orgullo la perdición de su belleza. El hombre detrás de la mesa de administración busco rápidamente con manos temblorosas el informe. Entregándoselo. Ella se lo arrebato de las manos y sin decir palabra se giró en sus tacones de piel y se fue. Esta es nuestra famosa Bárbara. Mejor conocida como Barbie en la compañía. Una Barbie endemoniada claro esta. Con su ego tan arriba en las nubes que ni siquiera el sol la opaca. Orgullo de reina y lo peor. Pasa por encima de quien sea para poder llegar a la presidencia. Ese ha llegado a ser su peor error.

Champagne. Risas, el sonido de las copas al chocar. Una fiesta para los empleados de la compañía. Todos vestidos de ropas elegantes, dignas de una celebración como esta. Nos enfocaremos en el hombre que esta apoyado en la barra con una copa de vino tinto de la reserva de el 93,  en la mano derecha. Charlando amenamente con uno de los secretarios de la compañía. Naturalmente de piel extremadamente blanca pero como se había ido de vacaciones a las islas vírgenes esa semana se veía bronceado. Ojos oscuros negros y profundos como la misma noche. Y su cabello igual de negro que sus ojos. Tomo un sorbo de la copa sin manchar sus labios y cerro los ojos para saborear mejor el fino líquido. Abrió los ojos y como por inercia sus ojos se posaron en la primera figura que vio. La recorrió con la mirada como si fuera un dulce de panadería en vitrina. Saboreando cada una de sus curvas con la mirada. Ese pequeño traje rojo le quedaba a la medida. "Cuidado." El secretario le llamo la atención. El desvío la mirada y lo miro con curiosidad. El secretario tomo un sorbo de su propia copa y continuo. "Bárbara Dixon Bruja de la compañía. " ¿Bruja? Pensó. Recordó a su madre que si fue una alguna vez. El secretario continuo hablando por su cuenta pero ya el no lo escuchaba. Se fue en un viaje del recuerdo. Casi fuera de este mundo. Su madre la bruja más buscada. La última por cierto. Ya que el gen fue pasando de generación en generación hasta llegar a el que rompió por completo la tradición desonrrando sus antepasados por un mejor futuro. Y tomo al final esta carrera olvidando por completo todo lo que fue por su madre. "Me estas escuchando Alex?" El secretario lo saco de sus pensamientos. "Si, que decías de que era una bruja?" El lo miro a los ojos. "Esto es serio si te metes con ella lo lamentarás." Alex miro nuevamente hacia donde estaba la mujer. Ella se reía, no creyó las palabras de su amigo. Mas tarde cuando se dio un par de copas más aún seguía contemplándola. Ahora ella estaba en la barra compartiendo con unas amigas. El llamo al que servía en la barra y le paso un dinero. "Pregúntele a la señorita que desearía tomar." El hombre asintió con la cabeza y obediente fue donde la mujer. "¿Qué le gustaría tomar? El invita." Señalo a Alex y el tomo finamente de su copa de vino. Ella negó la oferta de Alex. El hombre de la barra volvió donde Alex. "Ella no toma señor." El por poco se ahoga en el vino fino. "¿Rechazo mi oferta?" El hombre asintió levemente y Alex frunció el ceño. "Vuelve, pregúntale si quiere algún refresco." El hombre volvió y la propuesta fue rechazada nuevamente. Regreso donde Alex. "¿Tienes algo de comer aquí?" Dijo el ya fustrado. Ninguna mujer le había negado tanto en su vida. Para ser sinceros ninguna mujer le había negado algo a este dios griego. "No, sólo servimos bebidas." Alex dejo la copa en la barra y se rindió. En esta batalla no había vencido. Luego de cinco minutos las amigas de ella se fueron y ella se quedo sola tomando una piña colada. Era su oportunidad. El se acerco a ella sutilmente. "Si la belleza se midiera en flores tu tendrías un jardín completo." Dijo el cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella. "Si los malos cumplidos mataran yo estaría bajo tierra ahora." Ella tomo un sorbo de su bebida mientras el se las jugaba para sacarse otra frase de la manga. "Bajo tus hermosos ojos que iluminan mi noche me siento seguro." Ella lo miro y dijo. "Pues yo me siento de todo menos segura ahora" tarea difícil pensó el. Decidió cambiar su técnica. "Creo que fui descortés. Mi nombre es Alex, es un placer." El le extendió la mano y ella la tomo. " Bárbara." El beso la palma de su mano. " Así que. Barbara. No te gusta tomar? " Así siguieron charlando toda la noche. Alex logro conquistarla o eso el pensó. Y ella se quedo con su corazón. Pasaron los días y ellos comenzaron a salir desayunaban, almorzaban y cenaban juntos. El se enamoró de su fingida inocencia y de su falsa filosofía de vida. Sin saber que tenía una víbora venenosa como novia. Ella no lo quería a el. Ella quería el puesto que el tenía. Y había calculado todo a la perfección desde un principio. No pudo haber sido amor a primera vista. Ella sabía que el estaría allí. Ella planeo hasta las cosas que le diría para que el quedara cautivo de su encanto. Ella práctico su técnica de chica difícil e inocente. Por qué una de sus amigas le había dicho que el no era un hombre fácil. Así qué término teniéndolo en la palma de su mano. El la lleno de placeres. Desde joyas a trajes finos. El acordó casarse con ella. Así qué puso dos cuentas de banco a nombre de ella. En adición le regalo una propiedad que tenía. Puso los papeles a nombre de ella... Poco a poco ella iba obteniendo todo lo que quería. Y entre más tiempo pasaba el menos notaba que ella lo utilizaba. Llego el día esperado para el. Había preparado todo a la perfección para que fuera todo lo que ella esperaba. "Pedimos por favor la presencia de la  señorita Barabara en el escenario." Ella camino inspirando triunfo a cada paso que daba hasta la tarima. Allí se detuvo entonces entro Alex con un ramo de rosas. Ella fingió emoción. El se hinco en una rodilla saco una cajita de su bolsillo trasero. Presentándole a ella un anillo hermoso."Barabara. ¿Quieres ser mi esposa?" Ella se tapó el rostro con las manos. Y cuando se lo destapo comenzó a reírse. Las caras de todos quedaron confusas. Ella continuo riéndose a carcajadas. Respiro hondo y dijo. "¿Yo? ¿Esposa tuya? Ni en sueños." El rostro de el se transformo y la sonrisa que alguna vez hubo se borró."¿Hablas enserio?" El se levanto del suelo.. Ella mirando sus uñas respondió. "Ósea, como yo Bárbara Dixon la mujer más codiciada de la compañía, va a ser tu esposa? " Alex por fin se dio cuenta de el mounstruo que alguna vez tuvo por novia. "¿Que fueron entonces todas las palabras que alguna vez me dedicaste?" Ella volvió a reírse. "Mentiras, yo solo necesitaba una casa y dinero. Gracias a ti ya lo tengo todo." Más que molesto. El estaba triste. "¿Como pude ser tan estúpido?" El arrojo el ramo de rosas al suelo y camino lejos de el salón de conferencias. Avergonzado, molesto, pero más con un corazón roto.

Pasaron los días y Alex dejo de ir al trabajo. Poco a poco se fue envenenando con el veneno que le inyectó la víbora. Hasta qué decidió que la venganza contrarrestaría su pena. Así qué busco hasta en las entrañas de su hogar. El libro que su madre le había dejado de herencia. El libro de magia negra. Finalmente lo encontró. Debajo de un compartimiento secreto en el suelo. El libro era muy grande. Envuelto en polvo y en toda la historia que cargaba. El libro mismo inspiraba oscuridad. Alex se dispuso abrirlo. Fue buscando entre las páginas de hechizos un castigo digno para su víctima. Encontró uno que se titulaba. "Plástico" El hechizo convertía poco a poco a una persona con el corazón oscuro en plástico. En una muñeca. Una penitencia eterna ya que la persona vivirá pero sólo podrá escuchar ver y sentir lo que hay en el exterior. Decidió que este era la venganza perfecta. Así qué. Preparo todo el hechizo, busco una foto de ella. La puso dentro de un vaso de cristal en medio de tres velas rojas. Tomo una muñeca de plástico y con un encendedor fue derritiendo el plástico de la muñeca derramando lo en la foto de Bárbara. Dijo unas palabras en algún lenguaje. Y cuando culmino. Las velas se apagaron solas. Cuando tomo la foto que estaba en el vaso lleno de plástico la piel de Bárbara no era piel. Era plástico.

Al día siguiente fue a la compañía. Se encontró con muchas personas preocupadas por el. El se excuso diciendo que lo había cachado un virus y que no pudo salir de casa. Vio a Bárbara. Que charlaba con una de sus amigas. Vio que ella se retorció de momento tomando su estómago. Salió corriendo hasta el baño. Alex la siguió.  Comenzó a vomitar un líquido crema. Hasta qué con el vómito su corazón. Ella se horrifico cuando vio su corazón en el inodoro. Comenzó a gritar pero luego noto que le faltaba la voz. Sus labios se sellaron. Ella se miro al espejo y pudo ver la mitad de su cuerpo hecho plástico. En ese momento Alex entro al baño. "¿Vez lo que eres? Te haz convertido en plastico. Bárbara. Ella comenzó golpearlo en los brazos. Lo miro a los ojos y los de ella gritaban "Auxilio." Alex se mantuvo con su postura seca y sin expresión. "Adiós Barbie." En ese momento se completó el hechizo. Y el tuvo que bajar para tomar a Bárbara. Que finalmente era una muñeca. El la metió en un maletín que tenía y salió de la compañía sin llamar la atención de nadie. Llego a su hogar y puso a Bárbara en una casita de juguete que tenía en su habitación. Se quedo mirándola y vio que ella lo miraba fijamente. "Esto le pasa a las niñas malas Bárbara." Luego de eso el se fue de el cuarto. Bárbara eternamente quedara encerrada en ese plástico que le ahogó el alma. Bárbara puede escuchar puede ver. Pero su voz jamás se volverá a escuchar.

Se dice que hay una Bárbara encerrada en cada muñeca. Que espera a ser liberada.

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