Te gustaba pintar, tus pinturas eran hermosas y tu cara cuando te concentrabas también. Te privabas de mundo exterior, solo eras tú y el lienzo.
Tus ojos se llenaban de algo que a los de Afrodita le faltaban.
Amor.
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Atenea.
RomanceDespués de Afrodita pensé que no vería a otra mujer tan hermosa como ella. Y luego te encontré. Tú eras bella e inteligente ¿Qué más podía pedir? Háblame, Atenea. Ilumíname con tu sabiduría. ........................... Prohibida su copia o adaptació...