Amor por Contrato 2: Back to Remembers |RAURA|

Capítulo 16. Dolores de espalda y más discusiones.

-¡Vaya! ¡Parece que alguien no ha tenido una buena noche!- exclamó Riker al verme llegar.

Mis ojeras me delataban, a parte de que caminaba con cuidado, ya que me había partido la espalda en aquel sofá incómodo.

-Cállate, teñido- le contesté. Ellos comenzaron a reír. Me senté frente la barra -Ponme lo que sea, pero que me espabile-

-Pareces no haber dormido en toda la noche- dijó Rocky, para luego dar una palmada en la espalda. Lancé un palabrota, y me mantuve erguido. El dolor de espalda era insoportable.

-Creo que alguien a acabado durmiendo en el sofá... ¿qué a pasado? ¿le has dicho a Laura lo de las chicas?- pregunta mi tío Shor, mientras pone frente mí un café bien cargado.

-Gracias. Y...-

-Pues Vanessa no parecía molesta. Me dijo que estaba bien, y que lo comprendía...- comenta Riker.

-¿Chicas? ¿Qué...?- pregunta Elli.

-Shh, silencio Ratliff- le calla Rocky -Continúa, hermano- me dice.

-Yo decidí dormir en el sofá- confieso, haciendo que todos dirijan sus miradas estupefacta a mí. Tomó un sorbo del café.

-No entiendo...-dice mi padre confuso.

-Ayer Lau y yo estábamos...- paró un momento y los miró- Bueno, haciendo cosas de parejas... Total, que cuando yo me quite la camisa, coge y me dice "así se sentirá en la fiesta de soltera de Rydel" y me enfadé. O sea... ¡Yo llevaba todo el día temblando, y ella sólo lo suelta así!-

-El que saliste perdiendo fuiste tú. Te quedaste sin polvo y sin descansar por una estupidez- ríe Rocky.

-Estaba muy cabreado en ese momento, y aun lo estoy un poco...-

-¿Y solucionaron las cosas esta mañana?- pregunta mi padre.

-¡Qué va! Me levanté temprano, y no quise despertarla, ya que las chicas se verán más tarde y parecía cansada...-

-Creí que habías dormido en el sofá- preguntó mi tío.

-Y lo hice, pero como a las tres de la mañana vino y se acostó conmigo-

-¡Oh vamos! Ross... sabes que Laura tiene el orgullo muy grande. Si ha ido a buscarte, es porque de verdad lo lamenta- dice Riker.

-Ya pero...-

-Pero nada, cuando vuelvas a casa, le pides perdón. Y nada de peros- me ordena mi padre.

...

Después de hablar sobre la sorpresa que Rat quería prepararle a Rydel en la boda, decidimos volver a casa.

-¡Oh!- exclamé cuando llegamos a la puerta -Creo que he dejado el móvil en la guantera, ahora vuelvo- ellos asienten y entran, y yo giró, de vuelta al coche.

Abrí la puerta rebuqué en la guantera hasta que encontré mi móvil.

Antes de volver a cerrar la puerta, veo el coche de Vanessa aparcar a unos metros del mío. Ella sale del asiento del piloto, y veo una cabellera rubia asomarse, y reconozco a mi sobrina en seguida. Ambas se muestran serias, y cuando Vanessa va hacia el maletero Lily empieza a gritarle.

-¡No te soporto! ¡No puedo creer que hayas...!-

-¡Lily! ¡Sólo tienes 15 años! ¡Ese tipo tenía más de 20!- exclama frustrada.

-¿Qué tiene eso que ver? ¡Es mi vida! ¡Entiende que no eres mi madre!-

Vanessa parecía dolida por su comentario, pero cerró el maletero con fuerza después de tomar las cosas y se volvió hacia mi sobrina.

-Es verdad. No soy tu madre. Pero si tu madrastra. Y decido si puedes o no puedes irte con un tipo de 20 al cine. Y punto-

Lily está a punto de gritarle de vuelta, pero intervengo antes de que suceda.

-Hey chicas- les saludo. Ambas me miran y sonríen falsamente antes de sacudir su mano.

Vuelvo a la casa , echando algunas miradas atrás, para ver como siguen discutiendo pero de forma discreta.

Cuando abren la puerta, una familiar cabellera roja me mira sorprendida. Salta del sofá y me abraza con euforia, le correspondo.

-¡Ross, cuánto tiempo!-

-Cristy... pero si ya estas hecha toda una mujercita- ella me pega en el hombro, y revuelo su pelo de forma juguetona.

Cuando miro hacia el sofá, me encuentro con unos ojos marrones, que me miran de forma curiosa y triste.

-Lau... ¿podemos hablar?- preguntó serio. Ella asiente y da una mirada a mi hermana, que no hace más que mirarme como advertencia.

Nos acercamos a la puerta, y salimos al porche a la vez que Vanessa y Lily entran.

Mis manos sudan, y no puedo mirarla a los ojos, quizá me siento culpable de haber hecho que se pasara una noche en el sofá...

-Lo siento- decimos al unísono, y es entonces cuando alzó la cabeza para ver sus ojos arrepentidos y tristes.

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