Mírame como te miro [KaiSoo]

Veme como te veo.

Parte Única.

KyungSoo mira sus huesudas y pálidas manos, recorre la vista hacia sus muñecas para después observar sus antebrazos, dónde venas color verde se marcan bien. Sube su mirada hasta el espejo que se encuentra frente a él y mira su caótico reflejo, nada agradable.

Ojeras prominentes adornan el contorno de sus gigantescos ojos, sus labios tienen infinitas marcas rojas de que han sido mordidos sin ninguna consideración, quedando pequeñas costras de un rojo intenso, los pómulos le resaltan en demasía y se ve tan pálido que raya en lo enfermo. Sonríe torcidamente y sus ojos se vuelven negros totalmente, un brillo malicioso desprenden en cuanto se gira a mirar al hombre que se encuentra tendido en su cama.

Camina lentamente hacia él y con mucho esfuerzo lo coloca en su hombro como si de un costal se tratara, consigue desplazarse hasta el comedor de su pequeño departamento y lo pone sobre la mesa de madera fina.

Vuelve a caminar hasta el pequeño armario que se halla en el pasillo y de ahí saca una gruesa cuerda, regresa al comedor y una vez frente al hombre, comienza a silbar una cursi melodía que no ha salido de su mente desde que vio a JongIn por primera vez.

La cuerda gira, la hace en nudos, la vuelve a girar y así continúa hasta que ya no queda nada de ella, unos minutos después y JongIn se encuentra bien amarrado a la mesa. Sonríe tiernamente pues de los labios contrarios sale un pequeño ronquido.

—Eres tan bello —susurra para no despertar a su amado y con su dedo índice y el de en medio acaricia la mejilla tersa de JongIn.

JongIn sigue perdido en el mundo de los sueños, ha dormido más de medio día y KyungSoo no halla explicación para eso, porque él está seguro de que los somníferos que le dio no tienen nada que ver.

—Tal vez sí se me paso la mano —reflexiona y lleva su dedo hasta su barbilla teniendo un aspecto pensativo.

KyungSoo decide esperar hasta que el moreno despierte, porque es considerado y quiere dejarlo descansar, piensa que tal vez tuvo un día muy agitado o que tal vez la clase de educación física lo dejo agotado pero a los cinco minutos pierde la paciencia y camina de la sala hasta el comedor.

KyungSoo alza su diestra y toma velocidad para luego impactarla en la mejilla que minutos antes había acariciado con ternura. JongIn abre los ojos inmediatamente, no sabe lo que pasa, ni en donde se encuentra, la cabeza le da vueltas y el cuerpo lo siente pesado, para cuando quiere ponerse de pie se da cuenta de que está atado a una mesa, presa del pánico y desesperación por no poder moverse, empieza a hacer movimientos con su cuerpo, intentando liberarse.

—Tranquilo —murmura KyungSoo y se acerca al rostro de JongIn para acariciarle el cabello.

—¡Auxilio! —grita JongIn al percatarse de su situación, al ver al obsesionado pelirrojo que lo sigue a todas partes en la Universidad.

—¡Shhhh! —le dice el dueño del departamento y pone un dedo en sus labios haciéndole una seña de que se calle—Sólo quiero hablar contigo.

—Pues yo no. ¡Suéltame! — vuelve a gritar.

—Pero JongInnie, aún no me declaró formalmente, porque eso es lo que querías, eso es lo único que nos impide estar juntos—KyungSoo abre aún más sus enormes ojos, como queriendo controlar los pensamientos de JongIn con ellos.