¿El Cielo o El Infierno?

El Humano

Y aquí estoy yo de nuevo, un día más de la horrible vida que llevo, no hay nada más interesante en mi vida que las burlas de la ciudad negra y el desinterés de la ciudad blanca hacia mí, lo único te me era interesante o por lo me parecía nuevo y intrigante era el hecho de poder bajar a la tierra de los humanos y pasearme libre entre ellos sin que nadie me viera, me juzgara o se burlara de mi eso me hacía sentir feliz, lo único que me sacaba de mi felicidad en esos momentos era recordar que no podía hablar con nadie, con ningún humano. Pero llego un momento después de tanto que me comencé a aburrir ya que siempre era lo mismo allí también no hablaba con nadie y nadie me veía ni hablaba. Pero un día conocí a un chico, un chico de quince años de cabello rojizo, de contextura corporal ni muy delgada ni muy avezo, un poco alto y muy amigable con las personas, tengo que admitir que por el transcurso de un mes lo estuve siguiendo. Empecé a sentir un extraño sentimiento en el pecho y el estomago, como si algo me caminada o volara por dentro de los mismos, no sé que me pasaba, pero esa sensación extraña se hacía más fuerte cada vez que estaba cerca de él, será esto lo que los humanos llaman amor pero no podía ser como yo podía sentir amor hacia el sino es de mi misma especie. Después de eso decidí hallar la manera de hablar o comunicarme con él en algún sentido, así que volví al limbo para investigar sobre alguna forma de cómo comunicarme, pero nadie del la puerta hacia la ciudad blanca o la ciudad negra me dirá, tenía que hallar una manera, así que decidí ir a hablar con mi padre.

Después de llegar a la ciudad negra, tuve que ir a la casa de mi padre, esperaba poder conseguirlo, y por suerte así lo conseguí.

Papá, papá - dije mientras me acercaba a él.

Black ¿Qué haces aquí hija? - dijo él.

Vine a pedirte un favor - le dije viéndolo a los ojos.

¿Cuál es ese favor? - me pregunto él.

Necesito que me enseñes a transformarme - dije mientras no apartaba mi mirada de él.

Hija, esa es una magia muy poderosa, que solo los demonios puros pueden desarrollar a la perfección - dijo el tocándome el hombro.

Pero papa, tú una vez me dijiste que yo podía hacer lo que deseara, ya que yo era una de las pocas de mi especie y que era muy especial - dije mientras no apartaba la mirada de él.

Está bien, te enseñare - dijo el sonriendo.

Escucha, solo necesitas tres cosas básicas y el resto se hará solo ¿entendido? - dijo él.

Si papá, dime cuales son - dije entusiasmada.

Escucha, primero necesitas estar segura de en que te vas a transformar, segundo necesitas imaginarte transformada n eso y por ultimo necesitas concentrar toda tu aura alrededor de tu cuerpo para que esta se materialice y te puedas trasformar ¿entendido? - dijo el serio.

Entendido papá, ahora enséñame a controlar mi aura - dije seria.

No puedo hija - dijo él.

¿Por qué papá? - pregunte.

Tu aura es más parecida a la de tu madre que a la mía, así que solo ella te puede enseñar a controlarla - dijo él mientras me quitaba la mano del hombro.

Entonces iré con ella - dije mientras abrazaba a mi papá.

¿Hija para que necesitas aprender a transformarte? - me pregunto él.

Quiero bajar al mundo mortal papá - dije muy entusiasmada.

Está bien, no preguntare mas, anda con tu mamá para que te enseñe a controlara el aura - dijo él mientras me daba la vuelta.