Capítulo 1
Me adentré en un bosque intentando perder a la policía, sin embargo, me seguían desde muy cerca, intente despistarlos haciendo zigzag entre los árboles, pero todo se fue a la mierda cuando me tropiezo con un tronco y me caigo. El policía me toma por las muñecas con brusquedad y me esposa. Toma mi cabeza con brusquedad, metiéndome al auto de policía.
Miré el paisaje por la ventana. Definitivamente, esta sería la última vez que saldría.
3 horas después.
Sentada dentro de la celda, miré a mi alrededor escaneando todo por milésima vez. Pronto vendría mi padre a buscarme pagando mi fianza y me castigaría por el resto de mi vida. Pero vamos, ¿no es esto lo que hacen los adolescentes de 17 años? ¿Causar problemas? Sin duda, si le digo eso a mi padre me castigaría otra vida más.
Sonreí mirando al suelo, no era el mejor momento para hacerlo, pero esta situación da risa, ¿no creen? Una adolescente la cual esta sufrida por el asesinato de su hermano, se mete en las drogas mientras su padre nunca está en casa y su madre apenas se preocupa por ella.
Si esos parecen problemas, no preguntes por la escuela o los exámenes. O por la reputación que tendrá cuando todos se enteren de que fuí arrestada por drogas.
Mientras pienso en toda mi desastrosa vida, abren la puerta de rejas.
- Sal, pagaron tu fianza. - Dice uno de los policías con la mejor cara que podría tener, si se nota el sarcasmo.
Me levanta con brutalidad, y me agarra las esposas mientras introduce la llave en estas. Cuando siento el crack de que se abrieron, me frotó las muñecas. Por la presión que había en estas, quedaron rojas y dolían mucho.
Salí de allí y vi a mi padre con cara de estar muy enfadado y los brazos cruzados.
- Iré al baño a lavarme la cara, cuando vuelva puedes insultarme todo lo que quieras - Dije con el mejor tono de asco que me quedaba.
- Rápido - Señaló cuando me estaba yendo hacia la puerta del baño de mujeres.
Me miré al espejo. ¿Qué era lo que veía? A una adolescente con muchos problemas, el cabello casi blanco muy sucio, unos ojos grises sin vida y una cara de demacrada total. Pero sobre todo a alguien perdido, alguien que no sabía lo que estaba haciendo, que estaba siguiendo los pasos de su hermano. Sin darme cuenta, las lágrimas empezaron a salir sin mi consentimiento.
Miré bien a la chica que tenía enfrente. Esa no era yo. Esa no era la Ana Hawkins que yo conocía.
Me lave bien la cara, aunque aún tenía los ojos rojos por el llanto. Salí del baño y mi padre me vio, su mirada se suavizo un poco, pero seguía enojadísimo, y lo entendía. Si mi hija se hubiera metido en drogas y terminado encarcelada por eso yo también estaría así con ella.
Lo seguí hasta el auto y me subí al asiento trasero, no tenía ganas de encararlo. El trayecto se hizo eterno, y yo solo pude apreciar el paisaje fuera de la ventana escuchando sus reproches.
Llegamos a mi casa sin ningún preámbulo, y la observé tanto adentro como por fuera, ese era el lugar en el que había nacido y en el que me había criado, no entiendo como ahora le tengo tanto odio.
Al llegar a la cocina observe a mi madre sentada en la pequeña barra de la cocina, con su típica mirada de preocupación falsa y esa sonrisa tan pequeña que demuestra cuán contenta esta por verme otra vez. Sabía que yo había sido la indeseada y no mi hermano, sin embargo, las suertes se invirtieron, y él fue el que termino pagando por mis errores. ¿Me dolía? Pues sí, y mucho.
- Ana, ¿dónde te habías metido?, ¡Por dios, estábamos preocupadísimos!, no sabíamos que hacer. Luego recibimos la llamada de la comisaria, ¿por qué Ana? - Dijo ella simulando estar al borde del llanto. Ya conocía el teatro de siempre, lloraba, se iba a su habitación, llamaba a sus amigas y volvía a estar contenta toda la noche.
- Mamá, no tengo tiempo para tus teatros, voy a mi habitación. - Le dije cortante como solía hacerlo. No tenía ningún problema en este tipo de cosas, ellos siempre fueron muy malos conmigo.
Subí a mi habitación y entré a mi baño, me saque la ropa y me metí a la reconfortante agua caliente.
Cuando salí, fui a mi habitación otra vez luego de secarme, me puse unos shorts de tela y una remera que me quedaba gigante, y conecte el computador. Lo primero que hice fue entrar a Tumblr. Luego Twitter, Facebook, y las demás redes sociales. Cuando verifiqué que nadie se había enterado del rumor, miré la hora. 23:08, hoy era domingo y mañana había colegio, pasaría como siempre, todos se terminarían enterando y yo quedaría mal.
Luego de una hora más en el computador, me dio sueño y decidí acostarme. Me tapé con el edredón hasta la cadera y cerré los ojos. Muchos momentos del día de hoy vinieron a mi mente, pero los despoje de ahí y conseguí dormirme. Para cuando abrí los ojos al día siguiente, fue a causa del despertador marcando las 06:00.
Me levanté muy despacio de mi cama, y fui hasta el baño, me solté el pelo que tenía recogido en una cola de caballo, y no estaba tan mal, estaba bastante liso. Fui hacía mi armario y agarré mis jeans azules y una remera blanca. Tomé mis vans tambien blancas y me las puse, agarre mi mochila y me fuí.
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Ana.
Teen FictionElla era un chica muy problematica que buscaba encontrarse asi misma en un mar de identidades. Una chica que no sabia que hacia pero lo hacia. Una chica con una infancia falsa y dura, una chica y solo una. Ana.