El cielo soltaba relámpagos y estruendosos truenos, caían gruesas gotas de agua que golpeaban el piso con violencia.
Él trataba de mantenerla lo más cercana a él, pero era difícil gracias al viento que soplaba y soplaba, meciendo las copas de los árboles amenazando con tirarlos al suelo.
Ella estornudaba y estornudaba, se aferraba a la realidad usando los brazos de su esposo como ancla y se reprimía siempre que su mente le exponía la opción de parar.
Él vio luces acercándose y sin más supo que era un coche. Tomó su brazo y la jaloneo hasta unos arbustos, pero antes de llegar, ella se opuso.
-Necesitamos refugio- gritó sobre los ruidos de su alrededor
-Si, pero no me arriesgaré a que nos encuentren- respondió el volviendo a jalarla
-Pero necesitamos ayuda-
-No, no es así-
-¡Basta!.¡Me lastimas!-
-¡Entonces camina!-
-¡No quiero!-y como pudo se zafó de el, pero antes de al menos dar dos pasos sobre el piso, algo choco contra ella, la hizo girar sobre el y caer al piso, para después perder la conciencia
-¡Tamara!- gritó el corriendo hasta ella para posarse a su lado y tomar su cabeza entre sus manos
-¿¡Quiénes son y qué hacen aquí?!- preguntó la chica morena que conducía el auto, apuntando hacia el chico que trataba de actuar normal frente al arma que lo apuntaba directo entre las cejas
-¡Vámonos de aquí!¡de seguro son del gobierno!...- advirtió un hombre con espesa barba castaña que se movía junto con sus palabras, el chico miro la metralleta que se encontraba entre la manos del hombre y suspiro.
-No- dijo poniéndose de pie- nosotros también estamos huyendo...-
-¡Mientes!- advirtió el hombre poniendo su ojo derecho detrás de la mirilla del arma
-¡No!- el chico apretó la mandíbula y cerró los ojos, era un error lo que iba a hacer, pero Tamara necesitaba ayuda médica y se le empezaban a acabar las opciones- Me llamo Theo, ella es mi esposa Tamara, llevamos huyendo durante meses...-
-¿Hacia donde se dirigen?- cuestionó la mujer interesada en su historia
-Washington-
-¿A que?- preguntó esta vez el hombre, aún amenazando detrás de la mirilla
-Somos los únicos en todo el mundo que puede hacer que esta locura acabe- habló rápidamente, desando con todas sus fuerzas regresar el tiempo tan sólo unos segundos atras.
-¿De qué hablas?-preguntó la chica
-¡Tienen que creerme!- gritó desperado, sintiendo que no había tiempo para contar la verdad
-¡Cállate y dinos quienes son!- amenazó el hombre, tensando su dedo sobre el gatillo, el chico lo miro y asintió con lentitud
-Ambos fuimos creados en laboratorios, nos crearon específicamente para ser perfectos. Tenemos cero probabilidades de tener cancer, no tenemos alergias, nunca nos hemos enfermado, nosotros...-
-Entonces si son tan "perfectos"- murmuro la chica llamando la atención del chico, callandolo de inmediato- ¿por qué huyen?-
-¡¿Que no ven que mi esposa está muriendo?!, por favor, si logró llegar a Washington todo esto acabará...- el chico quiso explicarles más, pero unos gimoteos llamaron su atención y fue corriendo hacia ella para tomar de nuevo su cabeza
-Yo...- murmuro tan lento que miles de gotas entraron en su boca y se escurrieron en su garganta
-Tranquila, encontré a alguien que puede ayudarnos- el chico alzó la vista y miro a los dos hombres. La chica frunció los labios y miro al hombre que aún observaba al chico detrás de la mirilla.
Esto no es lo que tenía en mente.
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Nothing was the same 2.1
Science FictionMe duele darme cuenta que todas esas veces en las que me diste esperanzas, más ganas de vivir, que dijiste "vamos, solo un día más" eran solo palabras vacías. Esta semana te conocí como nunca nadie te conoció, me contaste tus miedos, incluso tus sue...