capitulo1: profanadores de tumbas

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En un pequeño pueblo de Londres allá alrededor del año 1820 solían acontecer cosas extrañas y más que nada en el cementerio.

En este cementerio las almas no podían descansar tranquilas ya que todo lo que los difuntos llevaban encima era robado en cuestión de días, ni hablar si eran objetos valiosos. La gente realmente estaba indignada porque na policía no hacia nada.

Cierta noche estaba el Vigilador que iba por el lugar iluminándose con una vieja lámpara y le pareció oír algún ruido (obviamente decidió investigar)

No era más que edith una joven del lugar que no se sabia como se ganaba la vida ya que siempre llevaba joyas que no todos podían comprar.

Vigilador : hola edith que anda haciendo por aquí mire que ya esta cerrado.

Edith : ya lo sé, no se haga problema estoy saludando la tumba de mi padre al cual no puedo olvidar, luego me iré.

Vigilador : está bien pero aviseme cuando salga así le abro el portón.

Tranquilo que solo era la joven y visto que nada importante ni extraño pasaba decidió dormir unos minutos.

En realidad edith tenía un trabajo bastante indigno: profanaba tumbas junto a su hermano, esa noche ella estaba sola, su hermano no entró, esperaba del lado de afuera.

Edith se aprovechó de la <pequeña siesta> del que vigilaba y se fue a recorrer a ver que objetos de valor podría encontrar. Visitó la tumba de una mujer y encontró un collar que tenia piedras preciosas, se lo sacó cuidadosamente. Luego robó tres tumbas más  y se dijo a si misma (parece que el vigilante entró en un sueño profundo) ella siguió...

Hasta que de pronto se acercó a una tumba que parecía no visitada ya hace tiempo. Resulta que era la tumba de un anciano muy adinerado. Edith revisó, revisó hasta que encontró un anillo (pero no era cualquiera) porque el tamaño del diamante le asombró tanto que no dudó y quizo sacárselo; solo que no podía porque el dedo (lo que quedaba de el) estaba doblado intentó, intentó pero no hubo caso. Para fortuna de ella se acordó que tenia un cuchillo en su abrigo y así consiguió el anillo y también el dedo.

Cuando estaba por retirarse mas que satisfecha,  escucha unos caballos acercándose a ella y se asustó tardó que no pensó que era imposible que hubieran caballos en el interior del cementerio, del apuro se tropezó y cayó al barro, la carreta frenó al lado de ella y sintió la voz de un hombre que le preguntaba la puedo ayudar- ella alzó su mirada vio que cuando el le tendió una mano para ayudarla ella noto que le faltaba un dedo, aún mas asustada le dijo - que quieres- y el le respondió -mi anillo-
El miedo no podía ser peor así que se volvió a levantar, se tropieza, con tal mala suerte que golpea su cuello con una lápida.

A la mañana siguiente fue encontrado el cuerpo sin vida de la joven con un cuchillo. El anillo, el dedo y la carreta parece que habían desaparecido.

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2015 ⏰

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