Hemos ido de tienda en tienda por más de 2 horas buscando un atuendo adecuado para la fiesta pero la verdad nada me convence, solo quisiera llevar unos vaqueros ajustados, una blusa bonita que no sea para nada atrevida pero Karla insiste en que tengo que estar espectacular y que tengo que sorprender a su amigo, aunque lo único que se de él es su nombre... Luis.
–Karla, me duelen los pies de ir de una tienda a otra y la verdad no me agrada nada. –me detengo en seco y voltea a verme y yo le pongo mi cara de puchero.
– ¿Cómo puede ser que no te guste nada de todo lo que hemos visto, si todo esta hermoso?
–Te recuerdo que tú y yo no tenemos los mismos gustos y yo soy un poco seria.
–Lucy yo diría que eres como una monja, nunca te pones ropa sexy y desconfías de ti.
Tal vez tenga razón Karla con lo que dice que soy insegura, pero también soy indiferente con mi forma de vestir, no quiero llamar la atención de ningún chico, y menos sabiendo que mi futuro ya está dicho. Tengo que dedicarme a estudiar para después poder tomar las riendas de la empacadora. Es mi responsabilidad y Martha me lo repite cada que tiene oportunidad.
Mi amiga me saca de mi ensoñación tomando mi mano y jalándome hacia una de las pocas tiendas que nos hacía falta visitar, reviso cada parte de la tienda hasta que veo un vestidito sin escote en color azul marino con estampados en color rojo en forma de pétalos de rosa con una cintilla justo en la cintura que me encanto, no era para nada atrevido pero al descolgarlo del aparador y tener una mejor vista de él me doy cuenta que tiene toda la espalda descubierta y de inmediato lo pongo en el lugar de donde lo tome, pero al parecer no fui muy rápida ya que Karla corre hacia mí y me cuestiona:
–Por lo que veo ya encontraste algo que te gusto, porque no me lo enseñas quiero ver que es lo que robo tu atención.
–N-no es nada, viéndolo bien ya no me agrado tanto– Pero me aparta para tomar la prenda la ve y me dice que es perfecta y que me la tengo que probar.
Entro al probador y desconfiada me pruebo el vestidito, que me queda muy bien, me vuelvo al espejo, me siento bonita tal vez con un buen peinado y un poco de maquillaje me vea mucho mejor, pero como voy a usar este vestido sin sostén, no yo no puedo usarlo, y en ese momento tocan la puerta del vestidor y creo que es mi amiga.
–Lista, que tal te queda quiero verlo.
– ¡No!
–Abre la puerta o la voy a tirar.
– ¡No insistas! no voy a salir.
–Bueno no salgas pero déjame entrar. –Abro la puerta resignada y la dejo entrar y al verme suelta un grito ahogado.
–Te vez hermosa, te queda justo a la medida date vuelta quiero ver ese escote que robara las miradas.
–Ni loca lo voy a usar además ese escote no me gusta nada, que van a decir de mí, definitivamente no lo comprare. –Me niego a ir casi desnuda a un lugar que no conozco solo de imaginarlo me vuelvo loca.
–Basta Lucia no es tan atrevido y lo sabes, solo que eres algo exagerada con unos bonitos tacones estarás perfecta, tienes que acostumbrarte, ya no eres una niña, eres mayor de edad y ahora que ingreses a la universidad no vas a ir vestida como acostumbras, tienes que cambiar todo lo que tienes en tu closet, pero ya habrá tiempo para hablar de eso, ahora ponte tu ropa y sal para pagar esa joya que llevas puesta.
–Solo lo usare hoy y después me deshago de él y dime ¿qué me pondré debajo? –Le reprocho señalando mi busto poco abultado.
–No te preocupes por eso, que yo tengo la solución y creo que ya es hora que hablemos como las mujeres que somos y tengamos una plática sobre... ya sabes.
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Antes de ti
RomanceLucia es una joven muy inteligente, con la obligación de dirigir una empresa, pero antes de tomar su lugar tiene que cumplir con ciertas clausulas del testamento de su padre. En el camino conocerá a una persona que cambiara su vida.