Capítulo 6 - Tregua

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En Tristania, capital de Tristain, dentro de una sala, la reina de 17 años cerró sus ojos mientras oraba en silencio. Hacía bastante frío en la sala, donde toda la inútil decoración fue retirada. Igual que un mausoleo.

En el centro de la habitación, envuelta con un vestido negro y cubierta con un velo, Henrietta estaba arrodillada.

Delante de ella había un pequeño altar, decorado con una pequeña imagen del Fundador Brimir.

La imagen del Fundador Brimir representaba el momento de su llegada a Halkeginia.

Sus manos estaban extendidas a lo ancho como si estuviera abriendo una puerta. Era una imagen abstracta, por lo que no era fácil verlo como una persona.

La razón de esto era porque dibujar los rasgos del Fundador en detalle era considerado irrespetuoso. Aunque a decir verdad, nadie sabía las características en detalle del Fundador de todos modos.

Mientras ella estaba rezando en silencio, oyó que alguien golpeaba la puerta.

―Su Majestad, soy yo ―Era la voz del Cardenal Mazarin.

Al principio, agarró la varita para recitar el hechizo "Abrir", pero entonces Henrietta sacudió la cabeza, puso la varita en la mesa, se levantó y abrió la puerta.

Mazarin entró en el cuarto donde estaba Henrietta y se disculpó mientras ella fruncía el ceño

―¿Estaba usted en la mitad del trabajo? Disculpe mi descortesía.

―Está bien― respondió Henrietta.

―No estoy tan seguro acerca de eso. Ha estado orando desde el amanecer hasta el anochecer. Incluso si voy a algún lugar o vuelvo, es siempre lo mismo.

Mazarin la miraba tranquilamente. Aquel rumor, después de la invasión a Albión, acerca de que la Princesa Henrietta oraba todo el día, era cierto.

Henrietta se intentó explicar.

*imagen 1*

―Esta impotente Reina no puede hacer nada más que ofrecer sus oraciones.

―¿Por qué se encuentra vestida de negro? A Su Majestad el blanco se le ve mucho mejor.

―Es una guerra. Muchos oficiales y hombres han caído. Estoy de luto.

Mazarin, cambiando su mirada con vergüenza, informó a Henrietta.

―Ayer, nuestras fuerzas aliadas capturaron Saxe-Gotha. De esta forma, nuestra posición en Londinium fue asegurada.

―Por favor, envíe mis felicitaciones al General De Poitiers.

―Por supuesto. Hay algo más...

―¿Malas noticias?

―Así es. Las fuerzas aliadas demandan el reabastecimiento de sus reservas de comida. Es necesario enviar más inmediatamente.

―Pero, basado en los cálculos, tomaría otras 3 semanas.

Mazarin, mientras miraba el informe en su mano, dijo:

―Los recursos de Saxe-Gotha fueron vaciados. Nuestro ejército tuvo que dar parte de nuestras reservas a los lugareños.

―¿Los enemigos también están preocupados por la comida?

―No. El objetivo es hacer que nuestro ejército se preocupe. Sabían de nuestra escasez de alimentos y se llevaron todos los alimentos de los ciudadanos.

―Eso fue cruel.

―Es una guerra.

Henrietta asintió.

Zero no Tsukaima #7 "Pentecostés de plata"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora