Annael (The lord of the rings)

Capitulo.-14 Una larga oscuridad.

Capitulo.-14 Una larga oscuridad.

Tres días llevábamos ya bajo de la montaña en todo ese tiempo nadie se había dignado a tener una grata conversación, la charla más larga que había tenido al entrar ahí fue en el primer día con mi señor Aragorn y solo se la había pasado reprendiéndome todo el rato por lo peligroso que había sido el distraerme en medio de la batalla, ahora solo eran pasos en la obscuridad y mucho más silencio.

Podría yo el iniciar una conversación pero tampoco sabía sobre que, nunca había sido buena en iniciar conversaciones, escuche unos pasos pasar justo por detrás de mí, al principio creí que era Aragorn pero los pasos eran demasiado blandos he agiles, me detuve bruscamente para buscar esa cosa más sin embargo no había nada solo la confundida mirada de mi tío, sonreí para tranquilizarlo cosa que creo no logre porque se acercó aún más hacia mí.

Al llegar la hora de descansar pedí la primera guardia para vigilar la oscuridad, ya me había acostumbrado a usar mi nueva vista y en estos momentos de duda me favorecía mucho el tenerla ya que podía ver mejor y más allá en la oscuridad de lo que lo hacía antes. Dos veces mis ojos creyeron ver algo, un par de luces, talvez el reflejo de unos ojos, una criatura arrastrándose por lo oculto sin acercarse demasiado.

¿Porque si una criatura de las sombras se encontraba siguiéndonos no había dado aviso a su grupo?

- ¿Has visto algo Annael?- pregunto cierto elfo sorprendiéndome, estaba tan metida en mis pensamiento que no escuche cuando Legolas se había sentado a mi lado y del susto resbale de la roca en la que estaba sentada.

- ¡Legolas! Me has asustado, me tomaste por sorpresa- dije sintiendo como la sangre se acumulaba en mis mejillas ¿Por qué me sentía de esta manera con él?

- Perdona no era mi intención- dijo ofreciéndome su mano, tomándola me puse de pie sacudiendo mis rodillas- Parecía que encontraste algo.

- Creí ver algo en las sombras por allá- señale el último lugar donde lo había visto. Legolas lo observo por unos segundos examino el resto de la habitación en la que había entrado y se giró hacia mí.

- No veo nada fuera de lo normal- informo, asentí volviendo a subir a la roca de la que había caído- ¿puedo acompañarte?

- Por supuesto- dije recorriéndome a un lado para que subiera a la roca.

Como siempre no hubo mucha conversación pero él parecía estar a gusto con el silencio y yo también, era placentero estar solamente sentados asiéndonos compañía mutuamente.

Aun cuando conocía a Legolas no sabía nada acerca suyo, no sabía nada de Legolas Hoja Verde. Sentí la información comenzar a fluir, al instante la bloque no quería saber nada que él no quisiera contarme y tampoco sentía que era buen momento para tener una charla de ese tipo.

Tiempo después me informo Legolas que era hora de seguir la marcha, levantar a todos era algo molesto no me agradaba interrumpir su tiempo en los dominios de [1] Irmo notaba que los Hobbits se encontraban cansados de tanta oscuridad, para su pesar y el mío aun nos quedaba mucha más por delante.

Las caminatas silenciosas son lo que más detestare de ahora en adelante, juro que al salir de aquí no habrá ni una sola caminata en silencio, solo eran horas y más horas de pasos, suspiros y el resonar del báculo de Gandalf.

Para el alivio de ciertos Hobbits quejumbrosos llegamos a "Sala amplia" según mis conocimiento sobre Moria. Merry, Pippin y Sam se pusieron a la labor de hacer la tan esperada cena que llevaban pidiendo. Gandalf una vez examinado la sala junto con Aragorn ilumino un poco más dejando ver un vasto cielo raso de piedra sostenido por poderosos pilares tallados en a roca. Ante nosotros se extendía una sala de tamaño inconmensurable muy amplia y vacía; las paredes eran negras muy bien pulidas y lisas, refulgían y centellaban ante la pequeña luz que le daba Gandalf. Había otras tres entradas un largo y oscuro pasillo al otro lado del salón y una pequeña habitación que usaríamos para dormir en su momento.