Prólogo

870 78 8
                                    

Los rayos del sol comenzaron asomarse por aquella ventana, al mismo tiempo la alarma del teléfono los despertaba de un buen sueño. Se incorporó y apagó el aparato, bostezo restregándose ambos ojos, para luego hacer algo que ya estaba acostumbrado a hacer todas las mañanas.

- Buenos días -sonrió-.

Lo hizo para aquella fotografía en la cual salía abrazado con la persona que más quería, no fraternalmente estaba claro. Luego de una rutina para prepararse para la escuela, salió de su departamento. Camino hasta parar al frente de una casa. De este alguien medio dormido se le acercó.

- ¡Buenos días!- lo saludo para despertarlo

- Por favor llévame o moriré de sueño -El otro contesto acostándose es su espalda, recargando todo su peso-.

- N-no hay tiempo, vamos tarde -Se separó demasiado rápido y comenzó a caminar-.

Tan solo un leve roce lo estremecía ¿Qué podía hacer ahora? Llegaron a la escuela, al parecer se había calmado un poco, solo que al pasar al lado de cierta persona hizo que se le revolviera el estómago, aquella chica que conocía perfectamente. Aquella que detestaba, no la soportaba, no la quería, pero era porque le tenía envidia por muchas razones.

- ¡Minho Oppa! ¿Podemos hablar? Hola Taemin Oppa- ella le sonrió-.

- Por su puesto -En dos milésimas de segundos él despertó acercándose a ella, dejándolo completamente solo-.

Ya estaba acostumbrado a esto, solo suspiro y siguió con su camino. Las risas de los otros dos se podían oír mientras se iba, empuño la mano, trataba de distraerse para no comentar alguna locura. Más tarde en el descanso se sentó bajo la sombra de un árbol. Tuvo que contar hasta tres.

- ¿Adivina que!? Jessica nos invitó a otra fiesta mañana ¡-No puede ser más genial!

Típico, ella siempre los invitaba a esos tipos de eventos y él aceptaba, una única razón, Minho estaba enamorado de está.

Viernes por la noche, pocas horas después de la fiesta, apartamento en el cual vivía después de la muerte de sus padres. Los tan famosos viernes de fiesta, su habitación, siempre lo mismo, ya se había vuelto común para él. Minho llorando borracho en sus piernas, sentados en su cama, diciendo su famoso discurso. Jessica solía jugar con sus sentimientos, ella sabía lo que podía causar en Minho, lo sabía.

- Y-yo la a-amo, tú no sabes cuanto... -Taemin comenzaba a pensar -"Si las palabras..."- ¡¿Por qué yo!? ¡Yo la amo! ¡Más que nada! -"...fueran gotas de veneno..."- ¿Tu no me entiendes verdad? Nadie entiende cuanto sufro al verla con otro que no sea yo... –"...hace mucho que hubiese muerto"-El chico se sentó más derecho-.

- Ya cállate -Él otro se sorprendió- ¿Para qué lloras si sabes como es ella? De seguro debe estar revolcándose con otro por...

- ¡Taemin! Ella...ella no es así -Minho bajo su mirada-

- Hyung... tú sabes que es verdad -Lo miró con tristeza. La atmósfera se vuelve pasada con el paso de los segundos-.

- Es que no entenderías lo que se siente, no sabes lo que es amar y no ser correspondido-El mayor comenzó a sollozar- Es doloroso sabiendo que puede estar con otra persona, quien sabe haciendo que, es horrible saber que no puedes tocar sus labios y decirle te amo cada día que despierte a tu lado...-Pasaron algunos minutos de silencio en la habitación-.

Por el momento decidió cambiar lo que hacia todos los viernes cuando surgían estas discusiones. Lo pensó siete veces antes de abrir la boca porque quizás podía terminar igual que él, incluso peor. Respiró profundo para hablar, sería la primera vez que seguiría sus sentimientos con sinceridad, quería abrir su corazón.

No lo digasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora