(1) Amiga mía

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(Gema)

Sentada en el avión, observando por la ventana, me llenaba de suma emoción saber que ya estaba por tocar tierra. Observar las carreteras y los diminutos edificios desde esta altura, me reafirmaban que ya estaba a solo minutos de ver a Teresa, mi mejor amiga; casi una hermana.

Teresa y yo crecimos juntas, compartiendo gran parte de nuestra niñez y adolescencia, separándonos en el momento que fue aceptada en una de las mejores universidades y tuvo que irse del país. La he extrañado como loca desde entonces, pero nos las ingeniamos para viajar y compartir juntas, esto sin hablar de nuestras llamadas telefónicas.

Este viaje en específico, significaba mucho para mí. Luego de Teresa graduarse y comenzar una carrera exitosa en el campo de mercadeo, uniría su vida a Miguel, su príncipe azul. Llevaban tres años juntos y no tengo duda del amor que se tenían uno por el otro.

Al principio, fue algo duro para mi amiga, ya que este tenía una reputación de don Juan. De todas formas, le ha demostrado cuanto la ama, y soy testigo de eso. Aunque no puedo negar que el hombre es guapísimo y que con sus encantos puede enamorar a cualquier mujer.

Al salir por las puertas del terminal, pude ver a lo lejos, aquella mujer de cabellos negros, al igual que sus ojos, de piel blanca, algo delgada e igual de alta que yo; no tenía duda de que la conocía muy bien.

"Gema!" gritó Teresa al verme salir.

"Teresa!" grité de igual manera, corriendo hacia ella y fundiéndonos en un abrazo, ignorando por completo las personas que pasaban a nuestro alrededor.

"Te había extrañado" comentó esta sonriéndome mientras yo recogía mi maleta, la que había tirado al suelo en nuestro encuentro.

"Yo también te había extrañado... Estás sola?" pregunté mirando a nuestro alrededor.

"Sí... Miguel no pudo venir. Hoy era su último día en el trabajo y tenía muchos pendientes. Pero no te preocupes, él y su amigo César, se reunirán con nosotras para comer y luego nos iremos de fiesta. Aunque...no podrá ser hasta tarde, mañana trabajo" comentó esta bajando su vista.

"Pero, si solo faltan tres días para tu boda. Cómo es posible que tengas que trabajar?"

"Tengo que dejar las cosas al día también. Serán tres semanas que estaré lejos" mi amiga tenía razón; así que me resignaría a pasar el día siguiente encerrada en su apartamento, viendo la televisión.

"De acuerdo" respondí, resignándome a mi suerte.

"Pero no te preocupes. Miguel te hará compañía. Ya hablé con él y me dijo que no tendría problemas. Ya luego, seré toda tuya...bueno, por dos días solamente...."

Ambas subimos al auto de Teresa, dirigiéndonos hacia su apartamento. Una vez allí, y luego de acomodarme, nos preparamos para encontrarnos con los hombres que nos esperaban. Optamos por trajes sencillos, pero hermosos, decidas a ser la envidia de las presentes allí.

"Qué se siente estar por casarse?" le pregunté una vez en el auto nuevamente.

"Es algo que no te puedo explicar. Me siento tan feliz, amiga. Uniré mi vida al hombre que más amo..." sus ojos me demostraban que era cierto; estos brillaban de una manera inigualable.

Llegamos al restaurante, donde ya Miguel y César nos estaban esperando. Miguel caminó hacia Teresa, envolviéndola en sus brazos y besándola como si no hubiese mañana. César, algo tímido, caminó hacia mí, abrazándome. Ya lo conocía de las veces que había venido a visitar, era un chico guapo, de ojos marrones y tez blanca. Nada de otro mundo, podría decir, pero la pasaba muy bien en su compañía.

Lazos de Amor (ON HOLD)Where stories live. Discover now