10. Voces silenciadas

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—Yo me tengo que ir. Gracias por haber hecho esto por mi hijo, Kiera. En serio. Adiós.

Entonces Jane dejó el departamento, casi como si estuviera huyendo del mismo, tomando a su hijo por la mano y prácticamente sacándolo a rastras.

Harry no hizo más que ver como se iba, después miró hacia sus zapatos y finalmente sus ojos conectaron con los míos.

—¿Me puedes explicar qué ha sido todo eso?— Pregunté una vez que cerré la puerta, puesto que Jane no se había molestado en hacerlo —¡Salió despavorida! Tiene que haber una razón. ¿De dónde la conoces, Harry?

—Siempre ha sido así de exagerada— Bufó —. La conocí en mi adolescencia. Fue mi novia. Cuando empecé a pintar, le enfurecía mucho que pintase a otras chicas. Se creó esta loca idea de que no la quería y que probablemente la engañaba con las chicas de los retratos, y se fue de mi vida. No la vi más, hasta hoy.

Di un gran suspiro de alivio en mi interior. Por un momento pensé que habían tenido una gran e importante relación hace un par de años que dejó a Joshua como fruto, y que Harry nunca se había ocupado de él a pesar de saber que es su hijo.

Bueno, Jane no es la única exagerada aquí.

—Oh... ya veo.

—No dejes que te meta otras cosas en la cabeza— Silenciosamente, se acercó hacia mí aprovechando que me encontraba dándole la espalda para envolver sus brazos en mi cintura, posando su barbilla en mi cuello. Su respiración cálida en el mismo me daba una sensación de tranquilidad y paz —. Ella suele difamar a la gente una vez que corta lazos afectivos.

Asentí, a sabiendas de que sería mejor creerle a Harry que a una chica que apenas conozco.

No es que conozca a Harry desde hace siglos, pero...

—Me quedaré aquí hoy— Dijo firme.

—¿Ah, sí?— Giro sobre mis talones, quedando frente a él. Bastante cerca. ¿Y eso, a que se debe?

—A que yo lo digo— Su agarre en mí se aprieta —. A veces sólo te siento segura de ese modo.

[...]

—¿Por qué será que no me sorprende saber que Harry se está quedando en tu casa?— Darcy rió a través del teléfono. Odiaba darle la razón. Y al decirle que Harry está aquí conmigo después de una "tarde de arte", básicamente lo estaba haciendo, por las tantas veces que me dijo que yo babeaba por él.

—Porque has estado fantaseando con eso durante mucho tiempo— Señalé.

—No lo voy a negar. Ahora que lo pienso, hacen una bonita pareja. Él no es necesariamente feo. Aunque, probablemente podrías persuadirlo para que se corte el pelo, creo que ya es hora— Rió —Parece que perdió la cita con el barbero... ¡hace un año!

No pude evitar reír. Darcy era un caso serio.

—¿Podrías dejar de burlarte del cabello de la gente, y decirme porqué me has llamado? — Me aseguré de que mis palabras no sonaran rudas.

—¡Oh, sí! Cierto, qué tonta soy. El viernes estaré dando una fiesta en mi casa, ya sabes, mi cumpleaños se acerca. Te quería invitar. Y no acepto un "no" por respuesta.

—Darcy, sabes que me encantaría ir. Pero ya no formo parte de los niños ricos más. Ellos me rechazarán. Sabes, no eran las peores personas del mundo conmigo pero en el fondo sabía que sólo me trataban por mi clase social. Sentiré que ya no encajo.

—Pues tú eres mi mejor amiga, sin importar qué. Y si alguien osa de denigrarte por tu clase social, me aseguraré de que esa persona haga su camino fuera de mi casa antes de que ordene a Marco a sacarla.

Reí ante sus palabras. Recordaba a Marco de las últimas veces que visité la casa de Darcy, era uno de los seguratas más robustos que había visto en mi vida.

—No tengo dinero para darte un regalo. Sería muy descarado de mi parte llegar sin...

—¡Nunca vuelvas a decir eso en tu vida, Kiera Collingwood!— Me reprendió.

—Lo siento, mamá. Pero es la verdad.

—¡Vamos! Irá Tomlinson. Ya sabes, en caso de que lo de Harry no te funcione.

—Eres un caso perdido. No sé cómo es que sigues soltera— Negué con la cabeza, a pesar de que ella no pudiera verme —. Está bien, si va Louis, entonces consideraré ir. De ese modo, ya no me sentiré tan fuera de lugar.

—Sabía que con eso te podía convencer, ¡Alabado seas, Louis! — Dramatizó —Hablamos luego.

Colgando la llamada, bloqueé el teléfono y lo dejé sobre mi cama. Giré sobre mis talones para dirigirme al baño, pero pasé un gran susto a ver a Harry de pie en mi habitación, bastante cerca. ¿Cómo fue que no sentí su presencia antes?

—Podrías haber tocado la puerta.

Harry gira su cuerpo un poco, para poder mirar hacia la puerta de mi habitación, y entonces luego vuelve la mirada a mí, alzando sus cejas. Oh, la había dejado abierta.

—Louis...— Dijo, como si pensase en el nombre —¿Quién es Louis?

—Es un buen amigo— Expliqué. No tenía que darle explicaciones a Harry, pero por otro lado no tenía nada que ocultar.

—Hmm... está bien—Sonrió. Sentí algo fuera de lugar en su mirada, y en su sonrisa. No lo sé. Simplemente no era como siempre, pero lo que sea que fuese, había sido oculto con gran esfuerzo.

Entonces me besó, y me dio las buenas noches para ir a dormir en el sofá.

Por mi lado, sacudí todo pensamiento en mi cabeza, deslizándome debajo de las frazadas para tratar de conciliar el sueño.

En unos diez minutos, fue inevitable caer en brazos de Morfeo... aunque hubiese preferido no hacerlo.

"Él es malo"

"Tienes que huir antes de que sea tarde"

"Ayúdame"

"Tú podrías ser mi madre"

"Me quieres, ¿no es así?"

"Él grita problemas"

"¿No ves el sadismo en sus ojos?"

"Él terminará por destruirte"

Las voces femeninas gritaban en mi cabeza. Esta no iba a ser una de las tantas veces donde despertaba alterada, y algo o alguien no tardaba en calmarme. No.

Esta vez algo me obligó a permanecer dormida, forzada a oír las advertencias.


N/A: ¡Aquí está el capítulo diez! Los invito a dejar sus opiniones. Otra cosa, acabo de subir una propuesta de una nueva historia, a la cual le daría inicio al concluir con esta. Los invito a ir a mi perfil, y leer "Silent Lake", votar si les gustó y decirme que piensan al respecto:)


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