[16] »In fraganti.

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—¿Dónde mierda estabas, mejor amiga? —hace ya varios minutos que Sarah me tiene aquí sentada, interrogándome sobre anoche

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—¿Dónde mierda estabas, mejor amiga? —hace ya varios minutos que Sarah me tiene aquí sentada, interrogándome sobre anoche.

Me pregunta porqué la dejé sola con el idiota de Luke, porqué la abandoné sin decirle nada, porqué dejé plantado a Harry —sinceramente eso es lo que menos me importa—, porqué no contestaba mi celular, y así me tiene desde las ocho de la mañana.

—Sarah, no dormí muy bien, ¿te importaría dejar el cuestionario para más tarde? —estoy irritada y con sólo pensar que son sólo las diez, me dan ganas de encerrarme en mi habitación y no salir de ahí por un buen rato.

—¿Te fuiste con Ashton, cierto? —hago una mueca recordando todo lo que sucedió anoche. Sarah se da cuenta e imita mi mueca.

—Sarah, te lo suplico, no empieces.

—Simplemente, no lo entiendo —se sienta a mi lado y apoya su brazo en mi hombro.— ¿A quién quieres?

La miro sin entender a qué se refiere.

»—¿Mi hermano o Ashton?

Al entender su pregunta, saco su hombro de mí y me pongo de pie. Su pregunta me ofende y se da cuenta cuando mira mi rostro.

—No seas estúpida, lo único que quiero de Ashton es que sea haga cargo de sus hijos, tanto como si los quiere como si no —su cara denota tristeza pero no se arrepiente de su pregunta.— Lo que tenga con tu hermano, no es asunto tuyo. ¿Acaso yo te pregunto que quieres con Luke?

—No es lo mismo —murmura.

—La única diferencia es que yo no sigo enamorada de Ashton —chasqueo enojada.— En cambio, tu jamás has superado haber terminado con Luke.

Salgo de allí casi corriendo. No espero a que Sarah retruque nada de lo que le dije, porque es cierto. Ella sigue enamorada de Luke, pero yo no soy mejor que ella.

Intento borrar los últimos acontecimientos de mi cabeza y buscar a Jack. Él si sabrá como calmarme.

Le dejo una nota a Sarah en la cocina, explicándole que me voy y que los chicos están a su cargo.

No sé como me da la cara de pedirle algo, luego de haberla tratado tan mal. Soy la peor.

Una vez que salgo de la casa, el viento fresco me calma. Nueva York está oscuro, triste y desolado. Como mi corazón, en estos momentos.

Veinte minutos después, Jack me abre la puerta con una sonrisa que me calma los nervios. Tenemos que hablar seriamente y no sé si estoy preparada para otra discusión.

—Hey.

—Hey —tira de mí y me reconforta en un cálido abrazo. Aspiro su aroma y mis lágrimas comienzan a brotar silenciosamente.— Emma, ¿que tienes?

Niego con mi cabeza incapaz de hablar. Intenta separarme de él, pero no lo dejo.

—No es nada —murmuro contra su pecho.

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