Capítulo 1 "Juegos en la piscina "

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- ¡Ouch!

Grité, porque alguien se había sentado en mi espalda.

- Levántate, Sofía. Nos espera un gran día.

Tomé mi celular y vi que eran las 9 de la mañana.

- ¡Estás loca! Es muy temprano.

- Agradece que no vine a las 7 a.m.

- Déjame dormir. ¡SAL DE AQUÍ!

Allis salió de la habitación mientras yo intentaba volver a dormir. Cuando siento algo frío por todo mi cuerpo. Me levanté rápidamente y grité:

- ¿¡QUÉ TE PASA!?

- Tenemos cosas que hacer, apúrate.

Gruñí.

- ¿Tiene que ser desde tan temprano?

- Sí.

Volví a gruñir.

- Ya, ve a bañarte mientras te espero abajo para que desayunes.

Asentí furiosa. Era domingo y ¿quién quiere levantarse temprano un domingo?

Fui a despertar a Aaron, mi hermano mayor. Él tiene ojos verdes, cabello castaño claro, mide 1 metro y 87 centímetros, tiene 19 años, tiene piel trigueña, es él capitán del equipo de football americano y tiene un cuerpo trabajado.

Me tiré encima de él.

- Si no te levantas te va ir mal.

No me levanté. Se levantó enojado y me votó al suelo. Luego me levantó como un saco de papas y me llevó por toda la casa hasta llegar frente a la piscina.

- Ni se te ocurra, Aaron.

Cuando me di cuenta ya me había lanzado a la piscina. Al salir lo primero que vi fue a mi mejor amiga chocando la mano con mi hermano y riendo a carcajadas.

- ¡ESTÚPIDO, ME LAS VAS A PAGAR!

Salí furiosa de la piscina y me fui a duchar. Salí en una toalla hacia mi cuarto, me puse un short color coral, una blusa transparente blanca con flores color menta y mis Vans color menta.

Escuché a alguien tocar la puerta de mi habitación, era Allis.

- ¿Ya estás lista?

- Sí, ¿qué vamos hacer?

- Iremos de compras.

- ¿Eso es lo importante?

- Sí, porque mañana es el primer día de clases y no tenemos ropa.

- Buen punto, vamos.

Le grité a mamá que iba a salir con Allis, el cual ella me respondió con un "está bien, en el cajón de la cocina hay dinero, agarra lo que ocupas". Fui por el dinero y nos fuimos.

En todo el camino fuimos en silencio hasta que yo lo rompí diciendo que tenía hambre.

Pasamos por la tienda de rosquillas y compramos unas, obviamente.

Las devoramos en un instante. Seguimos nuestro camino hasta la primera tienda de ropa.

Me encantó una blusa ajustada y un short corto pero no era puti-short.

Mientras que Allis se compró unos jeans ajustados y una blusa parecida a la mía pero en diferente color.

Compramos ropa en diferentes tiendas, hasta que se nos acabó el dinero y nos dirigimos a mi casa.

Llegamos a mi casa, pusimos las bolsas sobre la cama, luego sacamos la ropa para elegir que nos pondríamos para nuestro primer día de clases.

- ¿Qué tal si vamos hacer unas tostadas?

Una Loca AdolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora