Epílogo

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Ronnie Wilson murió el quince de diciembre del 2011.

La encontraron en la bañera, con heridas bastante profundas en sus muñecas que terminaron por desangrarla y quitarle la vida.

Nunca se recuperó de la depresión a la cual Justin la llevó.

Al principio, todo iba bien. No pensaba dejar que un chico la intimidase con palabras vacías, sólo porque ella era más reservada que el resto.

Pero después, empezó a preguntarse.

¿Será verdad que estaré gorda?

¿En serio seré una mojigata?

¿Las pecas en mi rostro en serio parecen suciedad?

¿Tendrá él razón? ¿Y es el único que se atreve a decírmelo?

La mente de Ronnie se debilitó y con ella, su espíritu. Se cortaba para centrarse en el dolor de sus heridas físicas, y olvidar los parloteos sobre ella cada vez que pasaba por algún lugar.

Las disculpas de Justin fueron sinceras y ella lo supo, sin embargo, se mantuvo con miedo de que él volvería a sus malas andanzas hasta el fin. Confundió la admiración que sentía por él y por lo fuerte que fue al avanzar y madurar por amor. Ella nunca lo amó, pero no le dio importancia a meditar sobre eso.

Las hojillas nunca se fueron, sólo estaban bien guardadas en su cuarto de baño. Ella quería darle felicidad a Justin en sus últimos días, ella quería darle la satisfacción de saber que él había contribuido aunque sea poco, a pesar de que aquella satisfacción fuese temporal.

Justin nunca volvió a ser el mismo, en ningún sentido. Nunca volvió a molestar a la gente. Pero tampoco logró encontrar la felicidad.

A la edad de veintidós años fundó The Ronnie Wilson Foundation, que recaudaba fondos para brindar tratamiento psicológico a personas víctimas del bullying. Fue un éxito total, y Justin logró hacer un cambio en el mundo.

Entonces, una vez hecho su cometido, fue hasta su casa cierto día y decidió acompañar a Ronnie.

Pues si él le había quitado -indirectamente- la voluntad de vivir, él no merecía hacerlo tampoco.

Claro, ese era su punto de vista.


N/A: Bueno, me gustaría agradecer a todos los que han leído este OS, uno de los más sentimentales que he escrito.

Quisiera acotar que las personas que sufren por palabras ofensivas que alguien les dice, no son exagerados, o sólo quieren llamar la atención, como muchos dicen. Somos humanos, y no deberíamos ser juzgados si sufrimos por algo que nos dice un bravucón. Si vas a intervenir, que sea para contribuir.

Si conocen a alguien que sea víctima de bullying, y tú lo eres, hay líneas de ayuda moral. No estás sólo, y el suicidio nunca será la solución.

Sorry → j.b [historia corta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora