Carrera de vida

Introducción.

Sus manos empujaron aquella pesada puerta de hospital sin si quiera frenar sus pasos. Ni si quiera se detuvo a escuchar los llamados que le decían que parara, que se detuviera. Tan solo se estaba dejando llevar, por esa impetuosa necesidad de escapar, de despertar de aquel mal sueño que estaba teniendo en ese preciso momento. Tan solo deseaba que todo aquello acabase, y que al caer la noche alguien le dijese que había sido una broma de mal gusto.

Corrió tan fuerte como pudo. Corrió sin deparar en las calles, ni si quiera en el tráfico y en los intentos esquivos de uno que otro carro para no atropellarla. Se sentía aturdida, pese de no ser consciente de lo que a su alrededor sucedía, ni de las miradas que las personas le dedicaban.

Ni si quiera le importó cuando sus piernas fallaron, y sus rodillas terminaron por clavarse en el suelo, a la par de sus manos, que buscaron cubrir su húmedo rostro, intentando sentirse un poco menos miserable. Pero nada de eso ayudaba a sentirse mejor... Ni si quiera el sollozo de niña que de lo más profundo de su ser salía.

Nadie la entendía, nadie podía ayudarle tampoco. Solo quedaba esperar a que la muerte viniese por ella.