Capítulo único.

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Una señal de advertencia. Una señal que apareció confusa como mis sentimientos, como una tenue luz intentando brillar en un mundo de oscuridad, como un grito en el espacio. Una señal que se manifestó, mas yo no la vi.

¿Qué hubiese sido de nuestras vidas si la hubiera visto? ¿Baekhyun estaría aquí conmigo? Jamás lo sabré.

Ahora es cuando todos mis años de adolescencia me pasan la cuenta, dejando claro lo imbécil e hijo de puta que fui con mi entorno. ¿Por qué las cosas se salieron de mi control a esa edad? ¿Por qué no fui lo suficientemente buen amigo como para ver el daño que le hacía a Baekhyun? La respuesta es simple: jamás fui su mejor amigo, sólo un obstáculo que opacaba sus ganas de vivir.

—Chanyeol, ¿Qué piensas hacer?

La voz de Jongin era lejana al sitio en donde he estado viviendo desde la ida del que fue mi mejor amigo: los recuerdos del pasado.

Conocí a Jongin en esos horrendos años, a sabiendas de lo que provocaba a mi pequeño Byun, ya que me alejé de él y comencé a tratar como mejor amigo a este moreno de buen porte. Ese fue el error menos dañino.

Pese a que conocía a Baek desde pequeño, jamás me di el tiempo de saber sobre su vida, por más extraño que suene. Si tan sólo hubiese sabido...

Baekhyun era una isla que pasé de largo, una isla por descubrir.

Si tan sólo le hubiese preguntado sobre el por qué no tenía padre, si hubiese prestado atención al comportamiento de la hipócrita de su madre, a las sonrisas falsas que siempre le daba al mundo, al extraño gusto de usar ropa de mangas largas, al opaco brillo en sus ojos y, por lo que más me recrimino, al comportamiento cuando estaba cerca de mí.

Nunca le pregunté sobre algo de su vida. Que idiota fui...

—Lo que he estado esperando desde que se fue.

Hacia unos pocos meses había conseguido el número de su actual residencia, el que busqué con anhelo durante 6 años. Y aunque lo tuviese en mis manos, jamás me armé del valor suficiente como para llamarle.

Pero hoy era mi día de suerte.

Tecleé con mis dedos temblorosos el número anotado en la hoja de la libreta, debatiendo que tan sensato sería, luego de tantos años, llamarle y decirle que era yo, el chico que cambió su vida; tal y como lo mencionaba en esa carta que dejó antes de marchar.

Jongin sonrió alentadoramente mientras posicionaba el móvil en mi oreja, hasta la mierda de nervioso por lo que pasaría si él decidiese contestar.

Primero tono.

—Tú puedes, gigante —Palmeó mi hombro—, esto no es nada que Park Chanyeol no pueda hacer.

Segundo tono.

Le sonreí sinceramente, Jongin siempre lograba darme confianza en mí mismo.

Tercer tono.

Suspiré y esperé con impaciencia.

Cuarto tono.

Comencé a perder las esperanzas.

Quinto tono y...

— ¿Diga?

Se me cortó la respiración, y no precisamente por los nervios que me invadían, sino por que aquella voz no era de Baekhyun.

—H-hola, ¿S-se encuentra Byun Baekhyun?

Cerré los ojos con fuerza por mi inevitable tartamudez.

warning sign » one-shot [chanbaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora