Esa mañana fresca en la Ciudad de México, los primeros rayos del sol colandose por mi ventana me dieron la bienvenida a mi nueva realidad, todavía no se en que momento tomé el valor para dejar a Lucía, mi amor, como pasamos de llevarnos tan bien, de ser todo a gritarnos tantas cosas ofensivas como pudimos, para después con un simple "que te vaya bien en la vida" marcharme de casa.
Dos meses, contando cada instante sin ella, lo peor, es que sigo sin saber que hice mal. La ame, la amo, se lo demostre, tal vez fue demasiado...
Si, quizás mi manera de amar, pero siempre he sido así, el tipo romántico de los miles de detalles, el que la conquisto gritándole su amor en una feria frente a miles de desconocidos, ese soy yo Andrés, el que aprovechaba la menor oportunidad para hacerle saber a Lucía que lo era todo para mi, entonces que salió mal?
Esta semana es Navidad, mis padres quieren que vaya a casa a pasarla con ellos, como si no supieran que para mi volver a Guadalajara, es volver a ella a Lucía, desde que mi madre me llamo no se que hacer, no quiero caer de nuevo en la desesperación de buscarla, ponerme de rodillas frente a ella y pedirle perdón por algo que ni siquiera se si hice, no, no quiero que me vea con desilusión eso no lo soportaría, sin embargo, no puedo decirle que no a mi madre, se que me llamará día y noche para convencerme o peor aún, mandará a mi padre por mi.
Suena mi teléfono, lo primero que pienso cada vez que suena, es en ella, la dura realidad duele...
-¿Sí?-
-Hijo, ¿estas bien?-
-Hola mama, acabo de despertar...-
-Cariño se suponía que ya deberías estar aquí, dijiste que...-
-Dije que lo pensaría mamá...-
-Pero hijo...-
-¿Que voy a hacer casi tres semanas allá mamá?-
Silencio incómodo y yo sintiendome el más cruel por hablarle así...
-No puedes vivir pretendiendo que nada sucedió...-
-Es que así fue! Yo no entiendo que hice mal, porque termino...-
Ella, todo gira por ella, Lucía se metió tanto en mi interior, en lo más hondo que no puedo, por más que lo he intentado, simplemente no me resigno, paso las noches desesperado por llamarle, escuchar su voz aunque sea para decirme te pedí que no me volvieras a buscar, lo que sea con tal de escucharla, mi madre sigue hablando, que debo superarlo, mejor dicho, enfrentarlo, me quedo en silencio, sin prestarle atención, no me siento preparado para volver.
-No escuchaste nada de lo que dije...- pregunta molesta
-Lo siento mamá, yo...-
-No puedes quedarte allá hijo, ¡vendrá toda la família!-
-Eso debe ser un consuelo acaso, me van a preguntar por ella, ¡lo sé!- comienzo a alterarme
-Bien, no insistire más...- colgó
¡Perfecto! Mi madre se salió con la suya, me dejo sintiendo ese remordimiento insoportable, camino por la habitación, analizando mi postura, será que el miedo de regresar puede más que la petición de mi madre, me pregunto sin parar, antes disfrutaba mi vida allá, rodeado de la naturaleza, de todo en sí, cuando apareció Lucía en mi panorama, fue perfecto, como si sólo hiciera falta ella en mi paisaje, ahora que no esta, el vacío esta acabando conmigo.
Dos días después me encuentro en la autopista viajando rumbo al rancho de mis padres en las afueras de Guadalajara, tentado a dar vuelta atrás y afrontar los reclamos, cada kilómetro se me hace interminable, al llegar a la ciudad, un letrero enorme me da la bienvenida, sonrió forzado, aún debo conducir un poco más para llegar al rancho, al estar en la entrada, detengo el auto y me tomó unos instantes para dar un respiro profundo, no se lo que me espera estando aquí, pero no quiero seguir así, tengo que encontrar la manera de superar esto que me tiene el alma dormida, sin darme cuenta mi madre esta parada observandome, bajo del auto y corre a abrazarme, su abrazo reconforta sin duda, así nos quedamos un rato, ella sabe que no quiero hablar, no quiero pensar en nada.
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Vispera de Navidad
RomanceNavidad, la oportunidad de cambiar lo que no te gusta de ti para ser una mejor persona. Andrés lo entendió aquella mañana en la que creyó haberlo perdido todo. Portada: @sarcasmjohnsson