Durante un día de Invierno ~SnK~ LevixReader

#6 Parentesco

− ¿Tienes un tío?

− El no sabe que existes y quiero que siga así.

____ lo miró confundida. Levi mostraba una gran seriedad y no apartaba su vista de ella. ¿Sus motivos? No confiaba ni en su propio Tío, quien se supone que se hizo cargo temporalmente de él después de la muerte de su madre.
Kenny Ackerman, un tipo que no inspiraba abrazos y sonrisas y de quien no había sabido los últimos años, había contactado a Levi un domingo por la mañana pidiendo que se reunieran. Lo que más alarmó al enano fue el hecho de su repentina aparición y que hubiera obtenido su número telefónico por lo que fue directo a su encuentro.
Desconocía la ocupación de su pariente, pero había oído rumores de que tenía malas compañías y no quería que ni él ni su adorada ____ tuvieran problemas.

− Al parecer aún hay cosas que desconozco de ti Levi - comentó con una sonrisa - No te preocupes, voy a ser cuidadosa, pero debes contarme más sobre tus cosas. Somos una pareja, ¿no? No cargues las cosas tu solo.

− No quise hacer que te preocuparas - dijo entre dientes Levi.

− Esta bien - ___ bajó la cabeza un poco apenada - Esto es mucho mejor de lo que había imaginado. Como estabas raro pensé que... olvídalo, no importa - el sólo la observaba en silencio. ___ volvió a subir el rostro -. Creo que te amo demasiado.

Levi abrió los ojos, pero luego sonrió a sus adentros, se separó de la encimera y se acercó a ____ que dudaba sobre lo que debía hacer en esos momentos. ¿Huía y llamaba a la ejercito? Eso sería lo último que haría. Se resistió un poco, pero luego se dejó rodear con los fuertes brazos de Levi, que la sujetaban con una delicadeza irreconocible y sin perder su firmeza, cómo si ella fuera lo más preciado en el mundo. Él mayor hundió su rostro en el cabello de ella, reconoció el aroma del nuevo acondicionador que compró, una suave fragancia de jazmín y vainilla. Solo la quería a ella, a nadie más.

− ____... Quiero hacerte el amor... - susurró en su oído.

− ¡L... Levi! - tartamudeó avergonzada, un rubor intenso la cubrió hasta las orejas.

− ¿Qué sucede? Ya lo hemos hecho y muchas...

− ¡Ese no es el punto! - intervino desviando la mirada -. Eso no se dice, es muy vergonzoso.

− Entonces hagamos que no sea vergonzoso - con su mano derecha la pegó mucho más a él y depositó sobre su cuello un tierno beso, seguido de otro y otro, hasta que no pudo resistirse de morderla suavemente.

____ no logró reprimir algunos jadeos. Levi conocía perfectamente sus puntos débiles, cada uno de ellos era recorrido por él haciéndola suspirar y temblar. Por otro lado, también había descubierto las sensibilidades en el cuerpo de Levi, uno de ellos era la parte media de la espalda, si ella lo tocaba en esa zona temblaba y se excitaba más rápidamente. Era como un juego en el cual ambos salían victoriosos.

**

Mikasa cargaba fácilmente un gran recipiente lleno de flores rosas, margaritas, tallos verdes y un par de girasoles afuera de la floristería para que fueran exhibidos y llamaran más la atención. Su compañera que llevaba mucho más tiempo trabajando en ese lugar, se espantó cuando vio a la chica asiática cargar el muy pesado recipiente de flores, intentó ayudarla, pero fue rechazada amablemente.
Luego de colocarlo en el suelo y echar un pequeño vistazo al resto de flores, un moreno sonriente llamó su atención.

− Eren - estaba sorprendida de verlo, pero sonó como un robot.

− Hola, Mikasa. Buen trabajo.

− ¿No se supone que tenías una entrevista hoy?

− Quedaron en que me llamarían - dijo mientras bajaba la cabeza. Su sonrisa se difuminó entre un sentimiento resentido. Mikasa se sintió un poco mal por él.