Prólogo

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La Alexitimia es la incapacidad de amar o de expresar verbalmente tus sentimientos hacia otras personas. Un 10% de la población mundial la padece.
Ella no sabe qué es, pero, si lo supiera, lo más seguro es que pensara que sino se ama no se pueden expresar los sentimientos, debido a que estos no existen.
Su nombre no es Kate. Pero no da su nombre a nadie. Solo sus padres lo saben, probablemente sean los únicos desde que terminó el instituto. Bachillerato fue duro, una combinación de emociones que si equivalieran a elementos químicos causarían una explosión en un experimento cualquiera de química. Rabia, odio, alegría, tranquilidad, dolor, angustia, nervios, cansancio...y ¿amor?
No, no me estoy contradiciendo. Ella amó. A sus padres, hermanos, amigos y a él. Pero cuando todos le fallaron en su interior no quedó nada. No lloró, aporreó la pared, gritó, se ducho con agua ardiendo, o agua helada, se trató de cortar o saltar de un balcón. Solo se tumbó en su cama mirando al techo con ambas manos entrelazadas, con sus delgados dedos que se habían vuelto temblorosos tan inmóviles como el resto de su cuerpo. No hizo nada, porque dejó de sentir. De amar u odiar. No hubo más.
ADVERTENCIA
Esta no es una historia feliz. Es una historia decadente. Si quieres continuar leyendo sobre la perfección de este mundo y las buenas personas que lo habitan, tienes dos opciones. Búscate otra historia o ve dejando de leer esta con el tiempo.
No prometo un final feliz.

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⏰ Última actualización: Nov 07, 2015 ⏰

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