Capítulo Treinta y Cinco.

330 21 1
                                    

—Alisson, alguien toca a la puerta—Mi madre y mi hermano habían estado como locos toda una semana, supongo que eso les hacia el Halloween.

Mi madre se había esmerado con todo su maquillaje, es difícil de admitir pero realmente era escalofriante. Mi hermano se había convertido en un pequeño zombie. ¿Y yo? Yo no necesitaba ningún tipo de disfraz.

Bajé rápidamente hacia la puerta sin antes preguntar de quien se trataba. —¿En qué puedo ayu... —Mis palabras quedaron en el aire, me temo que no había nadie detrás de la puerta.

Me asomé por ambos lados, pero aún así no pude encontrar a nadie.

Odiaba estas fechas, siempre que se acercaba Halloween algo extraño tenía que sucederme.

—Mamá, ¿realmente tienen que ir a esa fiesta? —Le pregunté temerosa.

—Me temo que si, —me dijo mientras se colocaba un poco de sangre falsa sobre su brazo. —pero no te preocupes, llegaremos temprano.

Yo jamás asistía a ese tipo de reuniones, se me hacían algo estupidas.

—¿Por qué no nos acompañas, Aliss?—Mi hermano zombie preguntó.

—No me gustan, lo sabes.

Mi madre se acercó a mi, —Nos vemos en la noche. —Besó mi frente. —Cuídate, dejé comida echa en el refrigerador.

Asentí. —Nos vemos. —Me despedí de ellos.

La puerta se había cerrado, ahora solo éramos la casa y yo.

Y un fantasma que ha de andar por ahí.
El timbre sonó. No hice más que gritar.
De acuerdo, estoy segura que hay alguien que me está jugando una pésima broma.

—¡Esto no es gracioso!—El timbre volvió a sonar. —No estamos en una maldita película de Scary Movie.

Me estaba volviendo loca, ¿a quién rayos le hablaba?

Subí a mi habitación para asomarme por la ventana, pero no había ni un alma por las calles. Todos habían salido a disfrutar de su lindo Halloween.
Estaba apunto de quitarme de la ventana cuando divisé en la casa de Elliot a una pequeña niña jugando en el patio.

Se detuvo unos minutos con su pelota hasta encontrar su mirada con la mía.
Su mirada era escalofriante.

Busqué mi teléfono y con mis dedos temblorosos le mandé un mensaje a Elliot.

Elliot.
En línea.

Elliot, dime por favor que tienes a una niña en tu patio.

¿De que estás hablando? No hay nadie en mi casa mas que yo.

Joder.

¿Por qué? ¿Que sucede?

Si alguien toca no le abras.

¿Ni aunque sea Kendall? 😐

A excepción de ella. Pero si ves a una niña muy linda no le abras.

Uhm, de acuerdo. Adiós, bruja paranoica.

Muy gracioso.

Se escucharon ruidos en la cocina, y estaba segura de que no era un ratón. Me volví a asomar por la ventana, pero esta vez a la única que vi fui a Kendall abrazando a Elliot en la entrada de su casa. ¿Porqué demonios me sentía como si mi corazón fuera a salirse y echarme a llorar? Es decir, estaba feliz por ellos dos, pero, no se que sucedía.

Era mejor alejarme de ahí y comenzar a ver algo productivo, no lo sé, tal vez algo como The Vampire Diaries. Sonreí para mi misma.

¿Ya les había dicho que Damon está que arde?

¡Aléjate de mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora