La calidez de la locura

La semilla de la locura

Se observa un ambiente extraño en esta ciudad en la noche, es una sensación de falsa seguridad tan falsa que las personas tienden a estar en alerta por el peligro, esta noche en especial es tanta esa sensación de inseguridad que la gente suele evadir cualquier cosa que les pueda traer problemas.

En uno de los callejones se podía escuchar algunos ruidos y ligeros sonidos a lo que seria una charla, pero todos los que pasaban lo ignoraban como si no fuera nada, la mayoría lo dejaba pasar como un gato, perro o algún pequeño animal, pero había los que se daban cuenta de que algo no estaba bien pero deliberadamente lo evitaban quizás por miedo, quizás por temor a su propia seguridad o simplemente porque mientras no tuviera que ver con ellos no les concernía.

-¿Por qué... por qué paso esto?- Se escuchaba al fondo del callejón.

Nubes grises se acercaban, iba a comenzar a llover muy pronto así que las calles quedarían desiertas en poco tiempo, todos caminaban apresuradamente para evitar la lluvia que se avecinaba.

-¿Por qué...? - Los murmullos no parecían algo que fuera a acabar por la lluvia- ¿Por qué nadie vino?...

La lluvia se lanzo sobre la ciudad, era un torrente que haría que el mas valiente diera marcha atrás, aun así los murmullos continuaban bajo el sonido de la lluvia. Dentro de ese callejón se encontraban Dos jóvenes, un hombre y una mujer, la mujer yacía en los brazos del hombre y este no paraba de repetir las mismas preguntas: "¿Por que paso esto?" "¿Por que nadie vino? " Repetía esas palabras una y otra vez como si en verdad esperara que alguien les respondiera, por supuesto nadie lo haría, no había nadie en las calles a causa de la hora y la lluvia y quien sabe, quizás incluso si alguien los viera solo apartaría la mirada y seguiría su camino.

-¿Por que...? !¿Por que nadie ayudo?!- De repente el joven grito a todo pulmón esas palabras y seguidamente hablo casi en un susurro- Este mundo... ¿en verdad siempre fue así?...

Luego de esa frase Cayó en silencio.

Claro que este mundo siempre fue así, todos hacen la mirada a un lado hasta que algo les afecta directamente eso es algo normal y humano, pero ese joven recién se había dado cuenta de ello y de la peor manera posible.

A pesar del dolor que expresaban las palabras del joven, o quizás para acompañarlo, la lluvia continuaba ferozmente, a tal punto que borraba ese profundo colo carmesí que cubría el suelo en donde se encontraban...