— Sofía, a levantarse — escuché la voz de Alex a pocos centímetros de mi oído haciendo que me cayera de mi cama.
— Sofía tengo hambre — exclamó haciendo cara de cachorrito.
— No hagas cara de cachorro — dije levantándome de mi cama.
— ¿Por qué no vas y le dices a mamá?
Fui a su habitación pero ya no estaba.
— Está bien, me voy a duchar y bajo hacer el desayuno — dije mientras buscaba mi ropa.
Me duché y luego bajé a hacer el desayuno a mis cuatro hermanos.
Hice tostadas.
— ¡YA ESTÁ LISTO EL DESAYUNO! — grité para que bajaran.
Todos bajaron, al único que le presté
atensión fue Aaron debido a que me vio con una mirada de tristeza.
Me acerqué a Aaron y lo abracé, él sólo acomodó su cabeza en mi hombro.
— Lo siento — exclamó con temor.
— Tranquilo, lo hiciste sin culpa, ven a desayunar — lo jalé del brazo hacia la mesa.
Terminamos de desayunar y Aaron nos apresuró por que ya era tarde.
Llegamos al instituto y toda la gente me miraba y empezaba a cuchichear cosas, me imaginé que debía ser por la pelea de Aaron y Will, la cual yo me entrometí.
— Hola, Allis — dije al verla en su casillero.
— Hola, Sofi — dijo con una gran sonrisa.
— ¿Con que clase iniciamos?
— ¡¡Historia!!
— Que ganas — dije sacando mi libro de historia a mala gana.
— ¿Cómo te fue con Will?
— Bien, me la pasé ¡genial! — dije con una gran sonrisa.
— ¡Creo que a alguien le gusta Will!
— Deja de inventar cosas, él sólo es mi mejor amigo.
— Como tú digas — dijo mientras caminábamos hacia el aula de historia por que ya habían tocado el timbre para entrar.
Al llegar al aula de historia sólo quedaban dos lugares uno que al parecer Will me estaba apartando y el otro a la par de Miguel, el rarito del aula.
— Suerte con tu galán — dijo Allis con una sonrisa de burla.
Yo sólo la fulminé con la mirada mientras caminaba al último lugar a la par de la ventana.
Al llegar, Will se levantó, me abrazó y me dio un beso en la mejilla, la pelirroja teñida me fulminó con la mirada mientras yo abrasaba más a Will.
— Como que alguien te está desnudando con la mirada — dije a Will con un tono de burla.
— Celosa — dijo con una gran sonrisa.
— No, nada más que ya sabes, no la soporto — dije con un gesto de seguridad.
— Que lástima — dijo con un gesto que se suponía que tenía que parecer tristeza.
— Jajajaja, que divertida cara la que hiciste.
— No te rías, era enserio.
— Ni tú te lo crees — dije con voz de burla.
— Sofía, me gustas y mucho.
Yo sólo sentía como mis mejillas me ardían y le quité la mirada a Will.
