parte 8 ....si?

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Advertencia (o regalo?) Aquí hay lemon y como el creador original es un buen troll...silver es el seme y gold el uke!!

Ambos estaban aún en el suelo, Silver de espalda a éste y abrazando a Gold, que estaba encima suyo.

Gold era lindo en esa faseta aniñada, con las mejillas sonrojadas. Silver casi nunca podía ver esa étapa suya, o más bien, era la prinera vez que lo hacía. Se preguntaba si era así de pequeño, calmado y penoso, o siempre fue un "chico-problemas".

-Esto... Silver- susurró Gold, mirando a los ojos del mayor-, ¿puedes soltarme? Esto es... vergonzoso.

-Claro- dijo, sonriendo de lado. Lo soltó. Gold se estiró, suspiró y parecía meditar algo. Silver de incorporó y sacudió su traje, que estaba lleno de polvo.

-Silver... Por favor, sientate en el sofá.

-¿Qué? ¿Para qué?- preguntó, confuso.

-Sólo hazlo- dijo irritado, pero vacilante. Gold seguía en el suelo, sentado. Con las manos apretando su pantalón.

-Vale, vale- alzó los brazos-. Lo que usted ordene.

Silver caminó lento hasta el sillón, y se sentó. Gold se paró, y caminó hasta quedar en frente de Silver. Entonces, para sorpresa de ambos, Gold se arrodilló antes Silver y separó, bruscamente, las piernas del segundo.

-¡Gold! ¿Qué coño haces?- ¡Guau! Hace tiempo que ninga palabra ofensiva salía de su bocaza, se sentía bien sacar lo reprimido.

-Si te digo lo que haré a continuació pensarás que estoy loco o incluso ebrio, pero dudo que un borracho pueda hablar así. Así que cállate y no preguntes ni el qué o el por qué. Ya que si lo haces... te morderé- dijo, con el tono más amenazante que su personalidad le permitía.

-¡Oye!- gritó Silver al ver como Gold le bajaba el cierre del pantalón. ¿En serio haría lo que él creía que haría? ¿Es que acaso Gold estaba mal de la cabeza o estaba borracho, cómo el mismo dijo?

Soltó un jadeo al sentir como algo hacía movimientos circulares en su miembro.

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-¿Cómo te fue en el instituto, Touya?- preguntó Natural, tratando que en su voz no se notara la irritación de haber visto a dos chico pubertos abrazando a Touya. Pero se corrigió a si mismo, no era Touya... Era SU Touya.

Sí, tal cual. Suyo. ¿Por qué? Porque sí. Así lo decidió. Simplemente se había ENAMORADO de Touya. Y no, no se dió cuenta hace unos instantes. Lo supó desde que lo vió en la mañana. Era suyo. Suyo, suyo, suyo. Pero claro, no puedes llegar con un chico de 16 años y decirle: "Oye me gustas, eres tan lindo, y eres mío, ¿quieres ser mi pareja?". Ese pensamiento era estúpido, al igual que haberse enamorado de alguien hace sólo 10 horas. ¿Y cómo se aclaró? Fácil, era muy fácil. Esa punzada que sintió al verlo con esos mocosos.

Aunque que claro, el sentir celos no siempre significa amor... ¿O sí?

-Bien, pero fue aburrido- respondió-. Ya me acostumbre -y en sólo tres días- a trabajar en la chocolatería con Gold y Red. Ver como llegan las personas y salen, felices. También las visitas de Green-san, siempre queriendo ver a Red- soltó una risita. ¿Cómo se podía ser tan ADORABLE? En serio, ¿CÓMO?

-Ya veo- sonrió. Touya te podía pegar la sonrisa con sólo estat a su lado-. ¿Puedo hacerte una pregunta? Aunque sonará un poco extraña.

-Estoy acostumbrado- dijo, mirando a los ojos a Natural y sonriendo.

Si no supiera controlarse, una hemorragia nasal ya estaría matandolo. O bien, se pondría duro.

-¿Qué... Qué pensaste de mí cuándo entre a la tienda hoy?

Touya detuvo su andar, al igual que N. El primero tenía la mirada en el suelo, pensativo.

-La verdad...- comenzó a hablar-, no sé por qué, pero me inspiraste confianza al verte. Por eso solté aquel comentario tan tonto de las Nanas... Que eras extraño pero alguien de confianza. Y... bueno- en sus mejillas se podía notar como un rojo florecía- que eras...

Y justo en el momento crusial, alguien que se disponía a arruinar hermosas escenas de amor, se avalanzó contra Touya. Abrazándolo por la espalda.

Touya gritó, Natural asustó por el grito y alguien soltó una risa divertida.

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No podía negar que aquello se sentía simplemente maravilloso. Sin embargo, si se le ocurria decirlo, sabía que Gold lo mordería. Y no era plan.

Nunca se imaginó que Gold, a pesar de que ya lo había hecho, le haría... sexo oral. Y siendo consciente.

Sonaría a típido pervertido, pero aquello sólo lo podía soñar, que, por cierto, era muy a menudo.

Estaba jadeando como un maldito loco poseído. ¡Se sentía simplemente increíble! Podría venirse en cualquier momento no sólo por la placentera sensación, sino también por los eróticos gestos y sonidos que hacía y producía Gold.

Agarró los cabellos de Gold, haciendo que se sobresaltara, y lo jaló hacia atrás. Un grueso hilo de saliva -y probablemente de pre-semen- unía al menor y al miembro de Silver.

-¿Silver?- preguntó, con voz débil.

Agarró a Gold por los hombros y, rápida y bruscamente, lo posicionó en el sofá, de frente.

-¡S-Silver, no me...!

-Me has provocado- su propia voz lo asusto, sonaba ronco, como si acabará de despertar y tuviera la garganta seca-. Así que, espero me puedas perdonar de nuevo.

Acto seguido, Silver arrancó, pues la palabra "quitó" quedaba corta, la ropa de Gold lo más veloz que pudó. Era un tiempo récord el como Gold había pasado de estar cubierto a desnudo totalmente.

-Ahora- ordenó Silver aún con su voz gruesa-, levanta tu trasero.

-¿¡Eh!?- se quejó.

-Hazlo.

Sonrojado, Gold obedeció. Dejando una vista sexi de su entrada.

-Que lindo eres, Gold- susurró Silver al oido del contrario, haciendo que éste se estremeciera.

Silver, después de lamer tres de sus dedos, pues no había lubricante a mano, lástima, metió uno en la entrada de Gold, sacandole un quejido.

-¿Te duele?- preguntó, preocupado.

Negó con la cabeza.

-Estoy bien...

-En ese caso...- metió otro digito. El quejido fue más fuerte y agudo. Lágrimas amenazaban por salir de los hermosos ojos de Gold. Y cuando metió el tercer dedo, Gold gritó. Y no de placer.

-¡D-duele! ¡Ngh! ¡Sá-sácalo!

-Relajate, Gold. O sino, cuando metá el definitivo sangrarás.

-¡No-no ayudas en...! ¡Ah! ¡...nada, imbécil!

Silver rió, en verdad que lograba ser malvado algunas veces.

Luego de explorar "esa zona" y de lubricar bastante el lugar, Silver sacó los tres dedos. Miró, sólo por qué sí, la entrada de Gold, que, al parecer, se contraía.

-En serio eres lindo, ¿sabes?

-Vuelves a decir eso y juro que te acusaré de violación- jadeó Gold. Auch. Eso había dolido.

-Bueno... Voy a comenzar- avisó.

Silver tomó su miembro y, lentamente, lo introdujo en Gold. Éste último gemía, pero no de dolor.

Cuando estaba completamente adentro, comenzó a moverso despacio, para ir aumentando el ritmo considerablemente, sacando gemido, cabía añadir lujuriosos, al contrario. Ni siquiera podía completar las palabras.

-¡Ahh! ¡AH! ¡S-Sil...ver! ¡M-má... AHH! ¡Nghm! ¡Me! ¡Me ven- AH! ¡Me vengoOH!

Gold terminó, al igual que Silver en el interior del primero.

Ambos cayerón desplomados en el sofá, y ahí se quedaron. Hasta dormir.

La chocolateria pokemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora