Daddy's Messages © | Justin Bieber | TERMINADA

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—¿Qué tanto quieres a tu Papi? —pregunta Justin.

Sus brazos están a mis lados, dejándome sin escape alguno, estoy nerviosa, se lo que sigue.

Y aunque una cosa es tener sexo virtual, estaba algo... nerviosa o incómoda porque esta vez era real.

—Mucho... papi —susurré viéndole directamente a sus ojos mieles.

Justin sonríe y besa mis labios sin más, atrapando cada conexión, llevándome a la lujuria.

Su lengua topa con la mía y se juntan, jamás había besado de lengua, así que era nuevo para mi y siento como mi cuerpo responde al tacto. Madre mía.
Sus manos se dirigen a mis caderas y siento como me aprieta hacia él. Dios mío.
Sus besos pasan de mis labios hasta mi mandíbula, recorre ahora mi cuello chupando, lamiendo y besando mientras gimo. Hay Jesucristo.

—Papi.... —suspiro fuertemente mientras el gruñe. Rápidamente suelto un gemido cuando me doy cuenta de que está acariciando mi clítoris por encima de mis bragas.

—Eres tan preciosa... más preciosa de lo que he imaginado al masturbarme por ti, mi pequeña —wow, que confesión más tierna.

Mis piernas se quieren cerrar, no se si sea capaz de aguantarlo más. Y al parece él lo nota.

—No te corras, aún no mi amor —su manos paran y cuando menos, veo estoy desnuda en la cama. Al igual que él. Mi vista baja hacia su querido amigo para comprobar si es tan grande como luego en las video llamadas que hacíamos. En efecto.

Gruño ya que empieza atacar mis pequeños pechos, juega con el derecho mientras que con su mano izquierda pellizca el otro. Su mano derecha baja a mi clítoris para darle atención y meter 3 dedos. Santa madre de dios.

—Papi... p-por fa-favor... —ya no puedo. Será poco pero para mi es mucho.

—Shh... se que deseas a Papi muñeca hermosa, y así será porque Papi también te desea —Se coloca un preservativo, ahora siento como su pene toca mi entrada, torturandome lentamente.

3... 2... 1.... —¡Ay! —grito.

Mi manos van a su espalda, nos acomodamos en medio de la cama como si estuviéramos sentados. —Muévete pequeña —ordena.

Doy pequeños brincos sintiendo como su pena entra y sale de mi, ambos gemimos de placer. Justin se mueve en círculos y ahora lo imito. Madre mía, que sensación.

—Vente para papi, amor —gruñe en mi oído. Asiento y ambos llegamos al límite.

—Te quiero mucho, bebé —junta nuestras frentes mientras nos dejamos caer en el colchón. Justin nos cubre a los dos con las sábanas.

—Tu pequeña te quiere más papi —él ríe tiernamente.

Creo que esto ha sido más que sexo para mí.

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