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Alex para frente a mi casa, y deja el auto en stand-by. King and Lionheart de OMAM sonaba de fondo, y la noche caía sobre nosotros. La tensión en el silencio se podía palpar, y yo tenía la mirada perdida en la calle.

—¿Qué le dirás a tu madre?—dice Alex. Puedo sentir su mirada en mi, pero yo sigo perdida.

—La verdad, supongo—digo en voz baja y encogiéndome de hombros.

—Venga, tu madre está esperando.

—¿Te podrías quedar acá afuera esperando un poco? Quizás me de un ataque de rebeldía, y se me ocurra escaparme de casa—digo.

Al se ríe ligeramente.

—Esperaría toda la eternidad por ti, cariño–su frase me derritió y no pude evitar sonreírle. Besé a Alex y me bajé del auto. Toqué la puerta mientras veía a Alex avanzar un poco en el auto, fuera del campo de visión de mi madre. Desde dentro me levanto el dedo pulgar junto a una sonrisa. La puerta se abrió dejando ver la silueta de mi hermano. El me abrazó.

—Yo te apoyare en todo momento—me susurra. Yo lo abrazo con más fuerza y asiento. El me suelta y deposita un beso en mi frente. Con mi hermano siempre hemos sido así, no podemos pelearnos, simplemente es mi otra mitad, conoce cada movimiento de mi, y yo conozco cada movimiento de el, y eso lo aprecio mucho.

Jayce cierra la puerta detrás mío y me encamino al living. Mi madre y mi padre están sentados de espaldas a mi y se susurran cosas. Carraspeo para llamar  su atención. Ellos se callan y se dan vuelta para mirarme. Me siento en un sillón frente a ellos, y Jayce se sienta junto a mi.

—Explícame quien es ese tal Alex Turner—dice mi madre cruzándose de brazos.

—Es...—me quedo un rato en silencio mirando a un punto fijo.

—¿Es qué?—dice mi madre apurandome.

—Es...mi novio—digo finalmente.

Mi madre se para de golpe y me mira, con rabia.

—¡¿Te das cuenta la edad que él tiene, y tu edad?! ¡Se llevan más de 10 años de diferencia!

—Para el amor no hay edad madre—dice Jayce levantándose.

—Si, hay edad. Básicamente Arianne esta saliendo con un rockstar. Drogas, alcohol, fiestas, etc. Un sin fin de peligros.

—¿Te estás escuchando mamá?—digo levantándome y frunciendo el ceño. —El me ama más que yo puedo amarlo a él. No puedo creer que me prohibirás tener novio, siendo que fue tu sueño cuando yo nací. Que tu hija se enamore del hombre correcto, y que tengan una vida juntos. Al es el hombre correcto para mi, podríamos formar una vida juntos. Deberías estar apoyándome, no criticándome—digo soltando unas cuantas lagimas, pero no llorando.

—Te prohibo verte con ese hombre.

—Cariño, déjala—dice mi padre, que en toda la conversación estuvo callado.      —Si ella lo ama, no puedes prohibírselo, porque de todas manera lo verá y lo amará—con esas palabras mi madre se quedo en silencio. Me levanté del sillón secándome unas cuantas lágrimas. Subí a mi habitación, tome una mochila y algo de ropa. Guarde la ropa de mi graduación, que sería a mañana y la guardé. Tome mi cargador de teléfono y lo guardé. Cerré mi mochila y la puse en mi espalda. Jayce entró a mi habitación y cerró la puerta detrás de el. Se acerco a abrazarme y beso mi cabeza. Sollocé. Me solté de él y me seque las lagrimas.

—¿Irás con el?—dice tomando mi mano. Yo cierro mis ojos y asiento. —¿Me podrías dejar su número? Así puedo llamarlo cualquier cosa—dice sonriéndome. Yo asiento y se lo anoto en un papel. Vuelve a abrazarme y me acompaña hasta la salida de la casa. Besa finalmente mi mejilla y me abre la puerta.

—Mañana estaremos en tu graduación—dice. Yo asiento.

—Despídete de ambos por mi, volveré en un mes más o unas semanas—Jayce asiente y me cierra la puerta. Seco mis lágrimas y me encamino al auto de Alex, que sigue estacionado donde lo vi la última vez. Alex se percata que salí de mi casa y sale del auto para abrazarme. Suelto las lágrimas que no salieron en mi casa, y comienzo a sollozar fuertemente. Al besa mi cabeza y acaricia suavemente. Cuando ya me calmo nos subimos al auto.

—¿Me puedo quedar en tu casa por unos días?—digo secándome unas lágrimas. Al me mira y sonríe.

—Podrías quedarte toda la eternidad, y no me aburriría de verte en mi casa—dice sujetando mi mano y sonriéndome. Alex enciende el auto y emprendemos camino a su casa. El paisaje es oscuro, y solamente cierro mis ojos, y me relajo.

—¿Quieres que ponga algo de música?—dice Al mirándome.

—Pone algo de Suck it and See—digo tranquilamente. El asiente y cambia el estéreo. Tiene su teléfono conectado al auto y desde ahí pone música.

Black Treacle comienza a sonar. Alex canta la canción mientras golpetea el volante con los dedos. Yo también canto en voz baja junto a él. Apoyo mi cabeza en el vidrio y me dejo llevar por la música. Hubo un momento en el que Al se quedo en silencio y me escuchó cantar, sin que yo me diera cuenta.

Somebody told the stars you're not coming out tonight
So they found a place to hide

Finalmente llegamos a casa de Al y salimos del auto. Entramos a casa y Bri aún esta ahí con Matt. Breana se para corriendo y se abalanza contra mi. Sabe que no debe hacerme preguntas, y no las hace. Matt también me abraza y me susurra todo estará bien.

—Veamos una película ahora si—dice Matt soltándome. Yo niego con la cabeza.

—Véanla ustedes, estoy cansada—digo bostezando.

—Yo iré con ella—dice Alex pasando su brazo por mi cintura—Los estoy mirando, no hagan nada cochino—dice entrecerrando los ojos. Matt suelta una carcajada.

—Nosotros estaremos atentos a ustedes igualmente—dice Bri entrecerrando sus ojos. Yo niego con la cabeza divertida y subo las escaleras.

—Buenas noches chicos—digo al final de la escalera, ellos me responden lo mismo y entro a la habitación de Alex. Alex entra detrás de mi y cierra la puerta.

—No mires—le digo a Alex, y me pongo de espaldas a el. Me saco mi ropa prenda por prenda y veo de reojo a Alex que me mira discretamente. Veo que se muerde el labio y me mira a los ojos. Alcanzo una almohada y se la tiro a la cara enojada. Al se ríe y se da vuelta nuevamente. Me pongo una camisa que me queda grande y me doy vuelta finalmente. Al se está cambiando de ropa y está de espalda a mi. Veo su espalda marcada y el se da vuelta cuando lo estoy mirando yo. Me sonrojo y desvío mi mirada a otra parte.

Me acuesto en la cama y pongo un despertador para las 9:00 a.m. Al se mete bajo las sábanas y se apega a mi. Yo me doy vuelta y apoyo mi cabeza en su pecho.

—¿Irás a mi graduación?–digo mirando sus clavículas tan marcadas.

—Por su puesto, iré sin falta—dice acariciando mi espalda.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Con esas palabras caí dormida.

Ya son 600 leídas, no pensé que llegaría tan lejos, muchas gracias!

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Do me a favour {Alex Turner}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora