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Sigo sentada en el balcón del cuarto de hotel en el que nos hospedamos esta noche. Las estrellas brillan a lo alto, las luces de la ciudad alumbran todo alrededor. Suspiro con nostalgia, como quisiera que esa pequeña señorita de larga cabellera negra y ojos marrones estuviera aquí conmigo, si tan solo hubiera abierto los ojos desde el principio nada de esto estaría pasando. Vuelvo a suspirar, una lágrima muda corre por mi mejilla.

Agradezco el estar sola esta noche, mi madre se regresó a casa hace un día, me dolió no estar con ella en su cumpleaños, pero necesitaba un respiro, siento su presión cada que nos acompaña. No me deja ni siquiera estar junto a Camila.

Otra lágrima cae, pero en mi otra mejilla. Respiro profundo y las limpio. De nada me vale llorar ahora, las chicas habían salido de compras, según ellas querían llevarse un recuerdo de esta ciudad, lo mismo hacían con las demás. Creo que no les basta con todos los obsequios que nos dan nuestros harmonizers.

Hubiera salido con ellas, pero mi estado de ánimo decayó en el M&G, cuando una chica antes de salir, volteo a vernos por última vez y digo vernos me refiero a Camila y a mí. Nos observó y en su rostro había una sonrisa triste y susurro un "Ojala todo fuera como antes" y salió.

Después de eso, el camino de regreso al hotel por mi parte fue silencioso, solo quería llegar, darme una ducha y quedarme sola un rato para pensar las cosas, para buscar el punto exacto en donde todo cambio.

Ahora ya era un poco más de 8:30 pm y las chicas no regresaban, me sentía aliviada en cierto modo. Sé que notan la tensión que existe entre Mila y yo, por más que lo intentemos disimular, o que lo habláramos antes.

No, eso no fue hablar.

Flash back.

-Hey Camz... ¿Podemos hablar? –le susurre para que nadie más escuchara.

-Claro Lolo, ¿Qué ocurre? –me dijo de la manera más dulce, mi corazón se contrajo.

-¿Podemos hacerlo en otro lado? –baje la cabeza con vergüenza.

-¡Oh! Está bien –hablo un poco contrariada, pero inmediatamente su rostro tenía una sonrisa.

Caminamos en silencio hasta el pasillo, donde no se encontraba nadie, estaba completamente desolado. Me hubiera dado miedo, de no ser por esa sonrisa que tenía frente a mí, sonrisa que desgarraba mi corazón.

-Ahora sí, ¿Qué ocurre? –Comencé a temblar, ella lo noto –Hey Lolo, me estas asustando -Su rostro mostraba un poco de preocupación.

-Ya no podemos ser tan cariñosas en público –susurre sin levantar el rostro –A mi madre no le agrada la idea de que digan que somos lesbianas, cree que no es buena imagen para el grupo, que apenas vamos comenzando, que esto nos puede afectar –saque valor que realmente no tenia y observe su rostro.

-¿Qué? –Estaba confundida -¿De qué hablas?

-Quiere que dejemos el tema de "camren" en paz –apreté la mandíbula. Sus ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón se rompió.

-No sé porque tienen tanto miedo, tu y yo no somos nada, solo mejores amigas que se querían mucho –esas palabras fueron como puñales para mi corazón –Y si alguna vez pudo haber algo, después de hoy, no más –dejo caer las lágrimas por sus mejillas, se dio la media vuelta –Te quiero Lauren, y no te preocupes, por mi parte no habrá más "camren" para que estés tranquila –y sin más entro a la habitación.

I don't wanna lose her, againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora