Una decisión confusa

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He estado pensando seriamente en todo lo que me dijo Gabriela, parecía estar muy segura de lo que decía.
Quizá acepte trabajar de esta manera, ganaría lo suficiente para poder mantenerme en la ciudad, pagar la universidad, y todas las demás necesidades básicas.
Me levanto de mi cama y voy a la cocina a ver si encuentro algo para comer, pero no hay nada, tan solo la comida de PinPin, y sinceramente no apetece comida de gato en estos momentos. Mis tripas suenan cada vez más fuerte, así que me baño y me pongo algo cómodo para ir al supermercado a comprar algo de comida con el dinero que aquel tipo me había dado por... Por tener sexo con él.
Cuando me dirijo a pagar tropiezo con algo y todas las cosas se me caen, así que Jake (el cajero), según dice su plaquita, me ayuda a levantar las cosas para poder pagarlas.
- $100- se limita a decirme
Le pago y le sonrío, él me devuelve la sonrisa.
De camino a casa pude ir pensando más acerca de la propuesta de Gabriela, y llego a la conclusión de que voy a aceptarla, pero solamente lo haré por dos meses para probar. Luego, si las cosas van mejorando con el dinero que gane, lo seguiré haciendo.
Dejo las cosas de la compra en la cocina, le doy comida a PinPin, y voy al depa de Gabriela para hablar con ella y decirle que aceptaré. Antes de que mi puño golpee la puerta, un sonido me detiene.
-¡Aaah! Sí, sigue- gime Gabriela- ¡Hmmm!
¡Ups! Creo que está un poco ocupada en sus asuntos... Personales.
Me pongo algo roja de la vergüenza, y suelto un pequeña risa. Al darme la vuelta para regresar a mi departamento alguien abre la puerta.
-Espera, Verónica- dice Gabriela- Lamento que hayas escuchado mis... Ya sabes... Quejidos.
-¡Oh! Descuida, es lo más emocionante que he escuchado desde que vivo aquí.
Ambas reímos.
-Pasa, iré a bañarme y a ponerme algo de ropa.
Así que me adentro algo nerviosa, me da pena tener que compartir mirada con el tipo con el que ella estaba disfrutando su acto sexual.
Esperé a 8 minutos, y luego Gabriela llegó y se sentó a mi lado.
-Ahora sí- dice rompiendo el silencio- cuéntame, ¿a qué se debe tu inesperada visita?
Pienso unos segundos antes de responder.
-Bueno... Emm- me noto nerviosa- Lo que pasa es que he estado pensando en lo que me dijiste la última vez, y bueno... Quiero aceptar.
-¿Éstas segura? ¿Ya pensaste bien?
-Pues sí, por eso estoy aquí, ¿no?
Ella sonríe como si estuviese orgullosa de mí, me pone una mano en el hombro.
-Pues bienvenida al club.
-¿Club? Es decir, ¿hay más chicas en esto?
-Sí, tonta. ¿Crees que conmigo es suficiente? El edificio está lleno de chicas, todas ellas son parte del club.
Quedo un poco sorprendida al escuchar eso, hace apenas unos minutos yo era la única chica en todo el edificio que no pertenecía a este "club".
-Bueno...- digo- me alegra ser parte de esto ahora.

El corazón de VerónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora