Era una tarde lluviosa y fría donde ningún pájaro volaba, ningún animal corría y sobre todo ninguna persona había.
Yo soy James y esa tarde vi algo, no, mejor dicho alguien que vagaba entre las tinieblas y la luz tenue de ese mismo día, no supe reconocerle ya que estaba muy oscuro pero estuve pensando en esa persona durante toda la noche y...después....me acosté.
Por la mañana un día ya soleado con brisa tipo marina olvidé por completo aquella persona.
Como de costumbre hago me preparó para ir a la escuela, me ducho, me peino, desayuno y soporto a la pesada de mi hermana toda la mañana ¡¡ES UN HORROR!! siempre anda fastidiándome los planes y a nada que la toco ya se empieza a quejar de que la he pegado.
A primera hora antes de ir a la clase me encontré con Mindy una alumna brillante aparte de guapa, simpática y cariñosa y...hoy...era el día y diréis que día? Es el día en el que le pediría ir al baile de graduación conmigo y, obviamente diría que sí. Pero de repente el día se volvió negruzco y oscuro y otra vez lo vi fuera de la escuela...¡¡ERA ÉL!! aquella persona que no supe ponerle cara, al principio me asuste un poco pero luego no le preste atención. Al cabo de una hora el día se volvió soleado y estábamos en el patio Mindy y yo y, estaba preparado para decírselo y de repente apareció Jhon, Juan y Ronnie que me dijeron:
-Que James tirando fichas, mira que empiezas pronto- dijo Juan con una sonrisa en la cara.
-Que va Juanito solo estábamos charlando sobre la escuela y lo mal que nos caen los profes- respondí con picardía.
-Ya, ya- reclamó Ronnie.
Y los tres se fueron con lo que querían avergonzarme delante de Mindy y yo les vi alejarse con esa sonrisa en su cara la cual yo contrarestaba con una mirada de desafío. Justo en el momento que se lo iba a pedir sono el timbre del patio.
Era 4 hora de clase y estábamos leyendo un relato sobre José Zorrilla y le toco leer al tartamudo de la clase el cual i..i..ib..aa...mu..mu..y..de..es..pa...pa..cio y tardo como 15 minutos en leer dos líneas de una estrofa. Después cuando acabaron las clases el día volvió ha ser lúgubre y de repente apareció la persona aquella y por fin la pude distinguir, me agarro del brazo y nos fuimos a otra dimensión.