CAPÍTULO VEINTE

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1800 Horas, Julio 18, 2552 (Calendario Militar)/ Sigma Octanus IV, cuadrante diecinueve por treinta y siete.

El Jefe Maestro observó lo que quedaba del Campamento Alfa. Quedaban sólo catorce Marines regulares –contrastando contra los cuatrocientos hombres y mujeres que habían sido masacrados aquí.

Él le dijo a Kelly, "Aposta un guardia en la nave y pon a tres de patrulla. Toma el resto y asegura la LZ (zona de aterrizaje, por sus siglas en ingles)."

"Si, señor." Se volvió hacia los otros Spartans, señaló, hizo tres gestos, y se dispersaron como fantasmas.

El Jefe Maestro se volvió hacía el Cabo. "¿Está usted a cargo aquí, Cabo?"

"Eso creo... sí, señor."

"A partir de las 0900 horas, tiempo militar estándar, NavSpecWep está asumiendo control de esta operación. Todo el personal de Marines debe ahora reportarse a través de nuestra cadena de mando. ¿Entendido, Cabo?"

"Si, señor."

"Ahora, Cabo, infórmeme acerca de lo que esta pasó aquí."

El Cabo Harland se agachó y extendió los arrugados mapas del área y rápidamente relató la brutal serie de ataques sorpresas. "Justo aquí –cuadrante trece por veinticuatro. Aquí fue donde nos golpearon, señor. Había algo ahí."

El Jefe Maestro escaneó los crudos mapas, comparándolos con los puntos designados en su HUD, luego asintió, satisfecho.

"Meta a sus heridos en el Pelican, Cabo," le dijo. "Pronto estaremos echando polvo. Quiero que se roten por tercios la guardia. El resto de sus hombres debe de dormir un poco. Pero no cometa errores –si el Pelican se estropea, vamos a estar atascados en Sigma Octanus Cuatro."

El Cabo palideció, entonces dijo, "Entendido, señor." Él se quedó parado –el largo día de combate y vuelo había cobrado su precio. El Marine saludó, entonces se volvió para congregar a su equipo.

Dentro de su casco sellado, John frunció el ceño. Estos Marines estaban ahora bajo su comando... y por lo tanto, parte de su equipo. Ellos carecían del poder de fuego y entrenamiento de los Spartans, así que ellos tendrían que ser protegidos –no llamados. Tendría que asegurarse de que salieran librados de esto en una pieza. Otro tropiezo más en la misión.

El Jefe Maestro abrió su canal COM: "Lideres de Equipo, reúnanse con migo en LZ en tres minutos."

Luces parpadearon en la parte superior de la pantalla de visualización de su casco –sus Spartans reconociendo la orden.

Él miró en derredor la destrucción. La luz del sol reflejaba tediosamente las miles de corazas gastadas, tripas sembradas por todo el campo de batalla. Docenas de chasises de Warthogs destrozados soltando columnas de humo que se elevaban hacía el turbio cielo. Restos de cuerpos quemados tirados en el barro.

Ellos tendrían que poner un detalle de entierro aquí después... antes de que los Grunts llegaran a los muertos.

El Jefe Maestro nunca cuestionaría sus órdenes, pero sintió una momentánea puñalada de amargura. Quien había emplazado estos campamentos sin el reconocimiento apropiado, quién había confiado ciegamente en el satélite de transmisiones con un enemigo en poder de la región, había sido un estúpido.

Peor, había desperdiciado la vida de buenos soldados.

El Líder del Equipo Verde vino trotando desde sur. El Jefe Maestro no podía ver sus características a través del reflectivo visor de su casco, pero sin checar en su HUD pudo darse cuenta que se trataba de Linda por la forma en que se movía... eso, y por el SR99C-S2 AM rifle de francotirador con vista telescópica Oráculo que llevaba.

Halo: La caida de ReachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora