CAUSA PERDIDA.

CAPITULO 7

Limpié mis lágrimas justo en el momento que las puertas se cerraron, solo pude ver a y a mis amigas ya algo que me desconcertó un poco fue ver brillar sus ojos con un brillo de malicia que yo conocía muy bien, no sabía cómo describirlo, sentía que ellas me querían o eso esperaba, pero ahora no debía poner atención a ellos si no a mi vida y a esta estúpida prueba en la que ahora estaba metida.

Me gire, de una manera rápida y sin nada de temor, agudice mi vista y mi mirada como me habían enseñado y mi olfato igual se hizo más potente, sentía una mezcla de azufre y un olor a podredumbre tan fuerte que mis ojos picaban y mi nariz ardía, sin embargo me puse en posición de defensa cuando escuche un sutil pero claro sonido, al estar en completa oscuridad no podía decir a ciencia cierta de que se trataba pero pude notar como poco a poco en la mitad de ese oscuro espacio empezaba a abrirse una puerta, ingrese sin dudarlo ya que sabía que no contaba con mucho tiempo, la pulsera en mi muñeca cada vez iba bajando sus número si era lo que más debía preocuparme ahora, mi sobrevivencia.

Un duro golpe fue lo primero que sentí al entrar por esa puerta, nada más no se desato el miedo o las ganas de llorar, me levanté rápido y vi a mi alrededor; estábamos en una isla, algo parecido a un lobo gigante se alzaba sobre mí con gran ferocidad, dispuesto a atacarme sin la menor duda, me puse en posición de defensa y me lance a correr, me escabullí entre las palmeras y sentía sus pasos seguirme rápido pero muy rápido, al llegar a lo que parecía una cascada salte, sin temor, sin duda o vacilaciones salte pero no sentí que aquel lobo estuviera tras de mí, al salir a flote en el fin de la cascada, vi que en efecto aquel espantoso animal no había saltado en un intento de seguirme así que tome aire y calme un poco mi respiración.

Pero duro poco, justo en ese momento sentí como era atravesada por algo demasiado filoso y punzante, también sentí la sangre brotando a borbotones justo después de que retiraran lo que asumí era una espada de mi cuerpo, caí al suelo con un chillido, derramando sangre y pensando que no podía ser posible haber llegado solo hasta ahí.

-Vamos levántate pequeña ramera, que no te gusta esto que te den por la espalda- no podía ser cierto, era la voz, su voz, aquella única amiga en la que aun confiaba estaba allí, y era la que me había apuñalado-vas a decir algo como ¿Nicky, o Nicky pero que hace pensé que éramos amigas? -Rio con descaro –pero que estúpida e ingenua eres maya, no mereces ni siquiera que desgaste mis palabras en ti, eres solo la ramera favorita de medio mundo agg enserio levántate y pelea asquerosa acomplejada- sentí mis ojos llenos de lágrimas, pero mi herida había sanado y era algo de lo que realmente estaba sorprendida pero aun así fingí no estar bien, a medida que ella se acercaba yo recuperaba mi aliento dispuesta a luchar, así me doliera- eres solo otra muerta más a mi lista

Uno, dos, tres, cuatro y cinco golpes fueron los que alcance a contar antes de ver su boca sangrar y su cara sorprenderse y llenarse de furia- que tan perra debes ser para hacerle esto a tu mejor amiga

-no eres mi mejor amiga, eres una copia de ella, una demasiado barata a comparación de la que realmente es mi amiga.

-oh Dios dime que no eres tan estúpida para pensar que hay una clon de mi esperando allá afuera para decirte lo mucho que te quiere y lo orgullosa que esta de ti, no seas estúpida maya, esa amistad nunca existió es hora de que abras los ojos, aunque claro es obvio morirás aquí así que nada importa, llorare desconsolada en los brazos de luke, diciéndole cuanto te quería y cuanto me duele haberte perdido es bueno en la cama lo sabias?

-grandísima perra – no soporte más sabia que caía en su juego peor no me importo, ataque primero, recibí dos golpes en la quijada y uno en la nariz, devolví así mismo dos golpes a su estómago haciéndola doblar, subí mi rodilla al instante consiguiendo un nuevo golpe en su nariz haciendo que chillara por el dolor y callera al piso

-Das lastima, que crees que era esa mirada antes de entrar, ellas ya están muertas y ahora es tu turno- sus palabras lograron distraerme, confundirme, atormentarme, tanto que no vi en que momento su espada estaba de nuevo cortando una parte de mi pierna, deje escapar un chillido, pero no deje que volviera a tocarme, con más fuerza logre levantarme.

Cuando iba a darme una patada tome su pierna y gire haciendo que callera en la tierra golpeando su cabeza más fuerte de lo que esperaba, su espada salió lejos convirtiéndose en un pequeño esfero que no perdí de vista medio segundo mientras atestaba golpes en su cara como si de cualquier hombre se tratara, no media mi fuerza y era algo consecuente y que siendo aquello que aún no sabía describir era más de lo que un humano cualquiera podía soportar, ella no se quedaba atrás golpe tras golpe reducía un poco mi rapidez para darle más goles sin embargo aumentaba mi ira, mi dolor todo.

Sentí un cabezazo que me hizo caer de encima de ella a la arena , estire mis manos en la arena tratando de escapar, pero ella con todo y lo mal que se veía su cara debido a mis golpes se colocó encima mío, golpeo de igual manera mi cara, con sus uñas arranco varios trozos de piel de mis brazos y el dolor era insoportable el ardor que sentía al meterse arena en los pedazos ya sin carne de mis brazos.

-eres una perra y vas a morir entiéndelo de una maldita vez

-tú vas a morir- no dije nada más, no espere que hablara tome el metal frio que sentí en mis manos sabiendo que era el bolígrafo-espada uní mis dos manos y presioné el clic, la espada atravesó su cráneo desde su ojo, cayo de encima mío aún viva, de manera despiadada torcí la espada dentro de su ojos, la hice girar escuchando sus gritos de agonía, sabía que solo eso nos mataba un disparo, o algo letal al cerebro, romper el cuello no servía así que repetí la acción pero con el otro ojo, ya no se movía, ya no gritaba ya no oponía resistencia. Nicky estaba muerta.