Capitulo 11: Hondas en el Lago

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El dolor corporal, la debilidad y la tristeza se apoderaban de ellos. Ana se tuvo que recostar de Gendell, ya que no aguantaba que Leiden hubiera sido llevado por aquel brujo. Lloraba incesantemente y no paraba hasta que Gendell la abrazo fuertemente. Ella sorprendida comenzó a llorar y dijo:

-Que hago ahora que él no está. Leiden, era mi único acompañantes en mis momentos de angustia aparte de Dios, que hago ahora-lo dijo mientras recordaba aquellos momentos.

-No te preocupes, yo lo encontrare y los destruiré a todos.

Se levantaron y se desconvirtieron, sus heridas eran pocas profundas por lo que su sanación iba hacer más rápidas que las demás. Gendell llevo a Ana a su casa y le dijo que le mandara una carta a la familia de Leiden que no iba aparecerse por días y que se fuera de inmediato después de que dejara la carta.

Los familiares no creyeron en la carta por la razón de que conocían las letras de su hijo.

A la mañana siguiente, Gendell, se veía con la cara muy triste, de tal manera que su amigo feliz, Eduardo, le pregunto:

-Amigo, ¿qué te pasa a ti, porque estas así?

-Lo que pasa es que un amigo mío se ha ido.

-Oh, vaya, lo siento-él pensaba que había muerto.

Gendell se mostró del mismo animo con Elena y ella trataba de hacerle feliz, pero no podía y le pregunto él porque estaba así y él le dijo lo mismo que le dijo a Eduardo creyendo ella lo mismo que el creyó lo consoló en sus brazos, pero de repente apareció Ana y Gendell la vio y le pidió que se acercara:

-Hola, Ana, ¿cómo sigues?

-Estoy bien, después de todo.

Elena ya se comenzó a sentir extraña y pregunto:

¿Ella es un familiar de tu amigo? Si, ella en realidad no es un familiar, pero era una persona muy cercana a él. Ya veo. Ah, pero perdón; Elena, ella es Ana, amiga mía y Ana ella es mi novia Elena.

Ana con mucho respecto le saludo y le dio el gusto, mientras Elena con cara de duda le dijo: gracias Ana.

Una presencia surgió entre ellos y solo los Ángeles podían sentirla. Ana corrió hacia ella y Gendell se hizo el que no la había sentido para no levantar sospecha ni confusión.

-Elena, vamos de aquí-pero la presencia era muy fuerte por lo que se dio cuenta de que era de un Ángel.

No tuvo otra opción que llevársela corriendo hacia el lugar. Elena estaba confundida por lo que pasaba y le dijo:

¿Qué está pasando Gendell? Creo que he conseguido a mi amigo.

He aquí a Leiden en los brazos de Ana herido. Gendell corrió hacia ellos y lo vio totalmente demacrado que apenas podía hablar por los golpes que tenía.

Gendell acompaño a Ana con Elena llevando en sus brazos a Leiden para su casa, lo pusieron en el piso y luego tocaron el timbre de la casa para que lo vieran y se fueron corriendo para que no los vieran. Al otro día, Gendell, se sentía contento por el encuentro, pero se sentía preocupado por las heridas de Leiden.

......

Ya había pasado un mes después de que encontraron a Leiden en el parque y Gendell decidió ir al lugar donde siempre se reunían para poder encontrarse con una sorpresa y así fue: Leiden estaba de vuelta.

-Leiden, estas aquí, amigo?

-Sí, Gendell, estoy aquí-lo dijo recibiendo un abrazo de Gendell.

Ángel, el renacimiento de un llamado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora