[CAPITULO 11]

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POV SEHUN

Después de que todo un tsunami de millares de acciones mías o no acabaran con mi vida aparentemente perfecta me sentía la peor mierda sobre la tierra; un día lo tengo todo y al siguiente no tengo nada, es hasta posible ver cómo se va desmoronando todo a mí alrededor, ese momento mágico lleno de dolor y tragedia que es como si me golpearan en la boca del estomago dejándome sin aire, solo para que al momento en que me inclino cubriendo la zona afectada me pase en cámara lenta todo como una película vieja, donde me doy cuenta que tanta estupidez cometí, por cuanta más basura me deje arrastrar, hasta ese momento en que estoy de rodillas en el suelo pidiendo cinco segundos más de aire para poder vivir.

Aquella noche en que escuche a Baekhyun relatarle todo a Chanyeol, no sé si con detalles o no, el mundo se me vino encima, me vi siendo el hijo de puta de siempre, jugando mis cartas sin siquiera pensar en los que me rodean, moviéndome como si en el tablero el único jugador importante fuera yo. El único existente. Y no me di cuenta que dañe a mas de una persona; al verlos así de unidos, así de juntos me dieron envidia así que solo, salí del dpto. sin siquiera ser tomado en cuenta; al estar ya en la calle la cruda realidad me pego, era de madrugada, era un tipo moribundo anímicamente, con una ceja y un labio partido además que con mi ropa hecho marañas, solo de imaginar ese deplorable aspecto + horas de madrugada = a un vago buscapleitos. Como no tenía a donde ir no me quedaba de otra más que ir a lo que antes llamaba "hogar" ese sitio donde todos los días me esperaba mi ciervo o yo lo esperaba a él solo para tumbarnos a mimarnos o bien tener una buena sesión de sexo, comer, dormir, formar una rutina, iría a ese lugar donde por mi culpa todo se seco. El solo pensamiento me hace dolor en el pecho.

En cuanto llegue al vecindario donde había adquirido aquella casa dejando mi dpto. de soltero, me detuve en la cera de enfrente, mi corazón palpito tan fuerte que me causo un dolor en el pecho aun mayor, como si este desde que me separe de Luhan no lo hubiese hecho y ahora se subiera a la rueda del hámster y corriera sabiendo algo que yo no; las luces de la casa estaban encendidas eso solo significaba una cosa: él estaba aquí justo ahora. Camine con duda y al llegar al picaporte de la entrada las manos ya me temblaban como a un chiquillo ansioso por el regaño de sus padres al escabullirse a una fiesta. Abrí la puerta y el calor me recibió haciéndome soltar un quejido por el cambio a la temperatura; todo está perfectamente igual a como lo recordaba- no había pasado mucho - el ruido en la planta alta me tomo por sorpresa pues se escuchaban sollozos, movimiento en los cajones y rueditas, por un momento pensé que quizás no era Luhan el que estaba en casa y me alarme-solo unos instantes- entonces mis ojos se llenaron de alegría que duro menos de un suspiro cuando sus ojos rojos se encontraron con los míos.

Mí primer pensamiento fue Querer correr, abrazarlo, decirle que me perdonara, que había sido una basura mediocre que no tenía valor por dejarlo solo tanto tiempo y no buscarle, pedirle que regresáramos a esos días en los que solo importábamos nosotros, pero, entonces solo me quede estático al ver la enorme maleta que venía arrastrando por las escaleras.

>>el miedo y el pánico se apoderaron de mi cuerpo. <<

—Luhan...

—Sehun...—tardo unos cuantos segundos para responder.

Cuando por fin llego quedamos frente a frente y a pesar de eso yo lo sentía tan distante tan...irreconocible y quizás sería porque su aspecto no quedaba con él de ese chico tan hermoso que conocí lleno de luz, sonriente y con esa calidez que hasta el peor de los tipos –ese soy yo- caíamos ante él; en ese hermoso rostro no pude ver la sonrisa que siempre le caracterizaba, su piel no era brillante y si le hubiese podido tocar juraría que ese tono gris que le mantenía apagado se hubiera quedado en mis dedos. Ya no era ese chico de características etéreas....y lo peor es que todo era mi culpa. Se veía mucho más delgado a lo que era pues por sobre la ropa podía ver sus clavículas, y es que si seguía viéndole apuesto que hubiera visto más destrozos en el hombre que amo.

Inexplicablemente Imposible ¿and baby?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora