Capítulo 21. Adicto a tus besos

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  Un respiro... eso es lo que necesitaba Hyuk, una oportunidad para poder zafarse de esos labios que aprisionaban los suyos con suma pasión. El pequeño seguía acorralado sobre esa pared helada de concreto, mientras el castaño rodeaba su cintura con una mano y posicionar la otra justo en el borde de su camiseta, levantándola un poco, metiendo su mano y tocando la piel de su vientre, acariciando de arriba abajo ese cuerpo tan frágil y hermoso que estaba a su merced.
El pequeño abrió los ojos al sentir el toque, eso estaba yendo demasiado lejos y no podía olvidar que estaban en la calle, no podía olvidar que él y Hongbin solo eran amigos. El rubio tomo la mano que acariciaba su vientre y la saco con fuerza, bajo los brazos del cuello del mayor y lo empujo con desespero.

—¿Ya te divertiste lo suficiente no crees? —sus ojos reflejaban una gran tristeza.

Hyuk se sentía decepcionado de él mismo, era un chico sencillo, tierno y chapado a la antigua. Le gustaban las cosas románticas, creía en los finales felices y en la vida eterna junto a la persona amada. Por eso le encantaba ver esas películas de drama y amor, porque así quería que fuera su vida. Pero Hongbin no estaba haciendo las cosas bien, no lo estaba tratando de forma amable, necesitaba tiernos detalles y caricias.

—¿Qué significa esa carita? Me preocupas —Hizo puchero mientras le acariciaba la mejilla.

—Me quiero ir —bajo la mirada

Hongbin lanzo un gran suspiro y se alejo del cuerpo del pequeño para que pudiera moverse de la pared. Hyuk comenzó a caminar sin esperar a Hongbin, desviando el rostro para no mirarlo, tenía demasiada vergüenza por todo lo sucedido. El castaño acelero el paso y tomo la mano del rubio, este lo miro un poco sorprendido y juntos cruzaron la calle, llegaron a la camioneta y Hongbin le abrió la puerta, este subió y se ajusto el cinturón.

El trayecto fue incomodo y silencioso, Hongbin no dejaba de observar de vez en cuando a Hyuk, el pequeño estaba con la mirada baja y no dejaba de acariciar sus labios.

—¿Qué tanto te tocas? —se atrevió a preguntar.

—Me arden los labios, eres demasiado agresivo Hongbin. ¿Qué explicación le voy a dar Ken sobre esto?

Hongbin al escuchar aquel comentario, presiono el freno con mucha fuerza, haciendo que las llantas de la camioneta rechinaran y sus cuerpos se deslizaran al frente por el impacto.

—¡¿Estas demente?! —grito Hyuk, colocando la mano en su pecho sintiendo el palpitar de su corazón.

—¿Por qué tendrías que darle explicaciones? El no es tu dueño —regreso la vista al frente y orillo la camioneta para estacionarse, giro las llaves y el auto se apago.

—¿Por qué nos detenemos? —pregunto intrigado.

—Te hice una pregunta—se cruzo de brazos—. No encenderé el auto hasta que la respondas.

—¡Me hartas con tus celos! —suspiro y bajo el tono de su voz—. Lo digo porque será algo sospechoso que haya salido contigo y regrese con los labios destrozados, puede descubrirnos.

—Sería mejor que lo sepa, así le queda bien claro que eres mío.

—¡No soy tuyo! —lo miro boquiabierto—. ¿De verdad lo confesarías?

—No me avergüenzo de quererte Hyuk, quiero gritarlo a los cuatro vientos —le lanzo un besito al aire —. Pero no lo hare hasta que me des el sí.

—¡Loco mil veces loco! —le pego un tierno manotazo en el hombro.

No quería aceptarlo, pero tal vez existía la posibilidad de que sus palabras fueran verdaderas y le gustara de esa forma. Hyuk no quería preocuparse en esos momentos, al menos ya no estaba tan molesto, Hongbin con las palabras era bastante bueno.

El castaño estaba más tranquilo, la sonrisa del pequeño había regresado a su rostro y todo gracias a él. Hongbin estaba consciente de la forma tan brusca con la que estaba tratando a Hyuk, pero hasta ahora no le había dado otra alternativa, el se encontraba desesperado por ser correspondido, su ego estaba siendo severamente afectado, ¿Por qué si era tan bello se negaba tanto? Algo estaba mal en su interior, se sentía incompleto, ¿Acaso la pieza faltante era Hyuk?

Encendió de nuevo el auto y después de un rato llegaron al departamento, Hongbin metió la camioneta al estacionamiento y ambos se bajaron. Al llegar a la puerta y entrar a su hogar, el castaño rodeo la cintura del pequeño y lo aferro a él.

—Ya te moleste mucho el día de hoy, pero antes de que subas a tu cuarto quiero decirte que te quiero mucho y fui muy feliz con el tiempo que compartimos juntos —deposito un beso en su cabeza, percibiendo el dulce aroma de su cabello.

Hyuk se congelo. ¿Cómo alguien podía ser tan tierno y salvaje a la vez? Paso saliva nervioso y lanzo un suspiro.

—A pesar de todo, yo también me divertí Hongbin —la comisura de sus labios tembló y cerró los ojos, lo iba a decir —Yo... también te quiero.

Hongbin quería gritar como una adolescente y correr por todos lados, pero midió sus impulsos y opto solo por brindarle una enorme sonrisa, apretando las mejillas del pequeño y dándole un tierno beso en la frente.

—¡Que hermoso eres! te odio tanto —lo volvió a abrazar casi asfixiándolo en su pecho.

—¡No puedo respirar! —chillo el pequeño.

Hongbin lo soltó y desgreño su cabello en forma tierna.

—No puedo subir todavía a mi habitación, había olvidado que Ken y Leo están ahí porque Leo está enfermo.

—¿Leo enfermo? ¿Qué tiene? —pregunto angustiado.

—Le dio fiebre y Ken se quedo cuidándolo.

—Mmm será mejor que los dejemos tranquilos, tal vez estén dormidos.

—Sí, creo que es lo mejor —Hongbin se dirigió a la sala y se acostó en un sillón.

—¿Quieres que prepare algo para que cenemos? —dijo Hyuk.

—¿No estás cansadito? Mejor acuéstate conmigo y veamos televisión.

—Iré contigo en un momento, hare una pasta

Hongbin asintió y encendió la televisión. Observaba de vez en cuando a su amado en la cocina, preparando todo y sacando diferentes cosas del refrigerador. Era tierno, buen bailarín, sonrisa hermosa y además cocinero, ¿Qué mas podría pedirle a la vida?.



Broken Arrow (Keo -Vixx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora