El corazón de Verónica

La desnudez de mi... ¿amigo?

Me asusto un poco al verlo desnudo, no sé porqué si ya estoy acostumbrada a ver a muchos hombres a como Dios los trajo al mundo.
Él se acerca a mí, nos cae agua a ambos en nuestros rostros, no me doy cuenta de en qué momento los centímetros que nos separaban desaparecieron.
Él baja su mirada hacia mí, y me toma el rostro con ambas manos. Acerca sus labios a los míos, y justo en ese momento todo me deja de importar. Saboreo sus labios, tienen un peculiar sabor a menta. Nos acercamos más y más, lo rodeo con mis brazos, y el beso se vuelve cada vez más fuerte y apasionado.
Luego empieza a besar mi cuello, ¡demonios! Estoy empezando a perder el control. Toma uno de mis pechos con su mano... ¡Listo! Adiós al autocontrol.
Empiezo a gemir levemente. Pierdo la noción del tiempo, y cuando me doy cuenta, él está dentro de mí.
Pero esta vez es diferente... Por primera vez lo estoy haciendo con alguien por el que siento aprecio, lo más tierno de todo es que esta es su primera vez.
No me arrepiento de esto, la verdad lo estoy disfrutando, y esta vez mis gemidos no son falsos.
-Verónica- dice entre jadeos.
-¿Hmmm?
-Eres asombrosa.
Solo me digno en sonreír, porque estoy completamente extasiada, no puedo hacer nada más que eso.

Al terminar nuestro... "Asunto del baño", él me mira, me sonríe y me besa. Siento algo en mi estómago, eso a lo que le llaman maripositas. Quizá esté sintiendo cosas por este chico, ¿como no hacerlo? Si es lo más tierno que mis ojos han observado en todo este tiempo.
Aparta un mechón de cabello de mi rostro, pone su frente contra la mía.
-Eres mi primera vez- dice después de un suspiro.
Yo lo miro, y le sonrío.
-¿Quieres comida china?- pregunto. Y ambos soltamos a reír.