Soy la esclava de un lobo. Vista Previa.

Prólogo

ADVERTENCIA

Sinopsis modificada (2/2/21). Los siguientes capítulos también pasarán por la misma edición. Gracias por comprender.

Hola queridos lectores, gracias por leer mi historia, si te gusto el capitulo recuerda regalar un me gusta y dedicarme un comentario (positivo o negativo).

La historia es una Vista Previa, pero si quisieras leer la historia esta en la plataforma Dreame o Sueñovela, no cuesta nada, es gratis. En mi perfil esta el enlace, así te vas a enterar de todo lo sucedido sobre la novela.

(....)

El mundo ha cambiado. Se puede decir que ahora vivo en una fantasía, el hogar que conocí dejo de existir para darle paso a la nueva era. Una, en la que los licántropos dominan por completo a la especie humana.

Actualmente el reducido número de personas que permanecen con vida se encuentra sometida a la autoridad de esta nueva elite. Recordar el pasado para lamentarme ya no es una opción, el trayecto escambroso por el cual pase me demostró que la debilidad no tiene cabida, si lo que busco es sobrevivir.

Sé que debo presentarme, pero para ello, primero debo contarte mi detonante historia, para que puedas entender claramente el presente en el cual temo sucumbir. Para empezar, mi nombre es Catherine, de pequeña me llamaba mucho la atención observar la enigmática luna, sin importar en qué fase se encontrará. Mi imaginación se recreaba a medida que pasaban las horas...

En ocasiones mi extraño pasatiempo seducía también a Jonathan, para aquel entonces teníamos solamente ocho años, nos divertíamos sanamente, haciéndonos preguntas con connotación personal. Me contó tranquilamente que nunca conoció a su madre, solo tenía consigo a su indescifrable padre, algo espantoso para mí. Pues, mis padres siempre estuvieron conmigo, y a pesar de no pasar un tiempo significativo con ellos, era consciente que estaban presentes en mi vida.

Pasaron dos años con la misma rutina. Cabe destacar que la extrovertida familia que tenia, no sabía de la existencia de mi único amigo de la infancia.

Es entonces que durante mi cumpleaños número diez, decidí presentárselos.

12:50 am

—¡Por fin llegaste! ¡Muy puntual!—dije emocionada, y al mismo tiempo sarcásticamente.

Esa noche, el atuendo que utilizaba resulto ser radicalmente distinto. De utilizar pantalones gastados y existente pieza superior, optó por vestir presentable, digno de un invitado sensato de la temática de la invitación. Sorprendida, y principalmente feliz, siguiendo el protocolo, le comunique que entráramos, pero lo que ocurrió fue lo contrario.

No importo, permanecí afuera con él, disfrutando de ese modo mi cumpleaños.

Un rato más tarde llegó la hora de los regalos. Recibí muchísimos, entre esos los que había deseado por un largo tiempo, otorgados pues, por mis padres. Posteriormente, abrí el envoltorio del más llamativo, el presente que cautivo mi corazón, el regalo de Jonathan.

Un hermoso collar con mi nombre, curiosa, le pregunte, como un niño me ofrecía un collar hermoso y caro. El atendió mi pregunta con esa mirada desafiante que me hizo enmudecer, no obtuve respuestas...

Esa noche desapareció. La excusa que utilizó para despedirse, marchito la emoción que sentí. «Debo irme, mi familia me espera. Como sabrás, tenemos costumbres distintas, debo obedecer», recitó sin tomar en cuenta mis suplicas.

Desde entonces, han pasado incontables momentos que me han hecho sentir todo tipo de emociones, a causa de esa inesperada despedida.