Mi novia la miedosa (C.G #1)

Capítulo 6: ¿Dónde está Lorena?

El día continúa y la directora no me vuelve a llamar. Increíble, pero cierto. Me saco una buena nota en historia, no es la mejor, aunque al menos es algo. Por parte de los demás, Ryan como siempre se saca buenas calificaciones, no sé cómo lo hace, es de admirar, Edmund también, ahora se sabe que no solo mira libros perversos y Estuarth... ¿Dónde está Estuarth?

Muevo la cabeza para buscarlo. Recién entregó la prueba, parece que ha tardado, sin embargo la dio hasta el final. Hay una conversación entre él y la profesora. Me pregunto, ¿de qué? Parecen bastante serios.

Ryan se acerca, se suma a la conversación, la profesora lo echa y se sienta en el banco de adelante del mío para hablarme.

―¿Sabías que la hermana de Estuarth anda desaparecida? ―me pregunta.

―No... ¿Qué pasó? ―Estoy intrigado―. La mayor, ¿no?

―Sí, la sexi universitaria. ―Sonríe de forma pícara.

―¡Hey! Que es la hermana de nuestro amigo. Ya dime, ¿qué pasó?

―Su novio, el tal Joll, la dejó, y sabes cómo es Lorena...

―Una depresiva ―termino su frase.

―Exacto, cada vez que la terminan, se pone en modo suicida. Ya no es alumna de aquí porque ahora está en la universidad, pero la escuela aún se siente responsable y por eso interrogan a Estuarth ―Ryan explica.

―Pobre Estuarth ―digo con disgusto―. ¿Qué le pasa a la escuela hoy que interrogan a todos los alumnos?

―Volvió la directora de sus vacaciones. ―Él se ríe.

―¿Y a ti no te llamaron? ―le pregunto.

―Mis padres no vendrían ni aunque me estuvieran matando. ―Sonríe, aunque estoy seguro que esa sonrisa es falsa.

Estuarth llama a Edmund y se acercan ambos hasta nosotros, parece que nos quiere pedir un favor.

―Verán... necesito encontrar a mi hermana...

―¡Claro! Te ayudaremos a buscarla ―lo interrumpo.

―¿Qué? ―bromea Ryan―. Qué aburrido... bueno, de acuerdo. ―Sonríe de forma amplia.

―Cuenta conmigo ―agrega Edmund―. Ya es la hora de salida, vamos.

Todos asentimos y antes de irme, miro el banco de Tere, no está, ya se fue. Al salir, la veo esperando en el estacionamiento, les hago una señal a mis amigos para que sepan que en un momento regreso, entonces me dirijo a ella.

―Tere, no te vi cuando te fuiste. ―Le sonrío.

No me mira.

―Ah. ―Es lo único que dice y observa el lugar esperando a su chófer.

―¿Aún no han venido a buscarte?

Niega con la cabeza.

―Entiendo ―le digo―. ¿Quieres que espere contigo?

Vuelve a negar, entonces yo hago un gesto de que ya me tengo que ir y ella me detiene con unas simples palabras:

―No te vayas.

Me sonrojo y me doy vuelta para verla.

―¿Qué?

―No van a venir ―dice triste―. No pueden.

―Oh ¿Se le complicó al chófer y debes volver sola?

Asiente con la cabeza, levemente.

―Sí ―pronuncia a lo bajo.

Miro a mis amigos que están esperando y luego a Tere.

―¿Me acompañas? Debo ayudar a Estuarth, pero tampoco te quiero dejar sola aquí, ven. ―luego agrego―: Por favor.

No me responde. Con muy poca confianza agarro su mano y ella se sorprende, se sonroja.

―Su... suéltame ―ruega y tiembla.

―Lo siento ―me disculpo―. Entonces... bueno, debo irme. ―La suelto.

He sido un desconsiderado, pero... ¡Me tengo que ir! Y a la vez quiero matarme por tomar su mano ¿Seré idiota? No debo olvidar lo que padece Tere. Aunque el apuro por ayudar a Estuarth me ha cegado, ya me puedo golpear a mí mismo por eso.

Me doy vuelta y escucho:

―Len... ―Me detengo y espero―. Voy ―continúa.

Me doy cuenta y le sonrío.

―Bien.

Nos acercamos a mis amigos.

―Ya estoy, vamos.

―¿Qué? ¿La enana viene? Qué aburrido ―Ryan se queja.

―A ti todo te aburre ―acota Edmund.

―Buen punto. ―Le da la razón.

―Apurémonos ―dice Estuarth y nos vamos.

Buscamos por todas partes a Lorena, sus lugares favoritos, la universidad, a sus amigos e incluso preguntamos en los quioscos que suele ir, pero nada, no la encontramos. Obviamente no está con Joll tampoco.

Se hace tarde y aún no sabemos dónde más buscar. Yo solo estoy pendiente de una cosa, el estado de nerviosismo de Tere. Encontrarse con muchas personas, yendo y viniendo, de un lado para el otro, no debe ser cómodo. Sin embargo la casa de ella no se halla tan cerca como para tomarme un rato y llevarla. Eso me frustra, no quiero verla mal.

Terminamos exhaustos cuando suena el teléfono de Estuarth.

―¿Hola?

―Her... hermano... ―Se escucha a Lorena llorar del otro lado de la línea.

―¿Dónde estás? ―le pregunta, preocupado.

Al terminar de hablar todos nos sorprendemos, se encuentra en su casa.

Vamos directo hasta allí, algo malo está ocurriendo, porque Estuarth se ve muy alterado, además no hay nadie en aquella casa. Subimos las escaleras y la encontramos en la bañera. Viste con una remera de tiritas y un short, se ve descalza, metida en la ducha que se nota sin uso. Tiene un cuchillo, se ha cortado la muñeca derecha varias veces.

―¡¿Qué haces?! ―grita Estuarth, tirando el arma blanca al suelo.

―Me dejó... me dejó... ―Llora y repite.

―Sí, hace una semana, ¿por qué ahora estás...?

―¡No entiendes nada! ―grita, parece complejo el asunto.

Miro a Tere, se nota angustiada.

―Ven, vamos a la cocina. ―La saco de allí.

Busco algo para comer y nos sentamos frente a la mesa.

―Aquí tienes. ―Le doy unas galletas de chocolate.

―Gracias. ―Me sonríe sin mirarme.

―De nada. ―Me sonrojo y le devuelvo la sonrisa, aunque ni la ve.

De pronto se escucha a Estuarth irse corriendo, furioso y cerrar la puerta de su casa muy fuerte al salir. Ryan lo sigue detrás y me avisa:

―¡Esto no se ve nunca en la vida! ¡Estuarth va a pegarle a alguien! ―grita alegre―. ¡Tengo que verlo! ―Y se va.

―¡¿Qué?! ―Me levanto desconcertado de la silla.

Baja Edmund también por las escaleras.

―Yo lo detengo, tú encárgate de las chicas. ―Entonces también se retira.

Yo vuelvo a pronunciar:

―¡¡¡¿¿Qué??!!! ―Mucho más fuerte y alto. Estoy completamente desorientado y sobre todo perdido, muy perdido.

¿Qué es lo que acaba de pasar?