Harry es un chico bastante tierno para el pensar de muchos, cualquiera podría decir que es un chico muy educado el cual ama a su madre y siempre le obedece, sí, estaría en lo correcto, solo que esa vez decidió que todo cambiaría ¿por qué? porque para él ya era molesto el estar siempre encerrado en su habitación, porque era nada mas una marioneta para los demás, a pesar de que se daba a respetar, sus compañeros de curso no eran específicamente amables con el. En realidad a él le molestaba el que estuvieran diciéndole cosas morbosas.
Pero con aquel chico..
Aquel chico era especial, era el típico chico malo, sí, tenía tatuajes y ropa ajustada que le hacía ver que iba todos los días a el gimnasio, por que era justo eso, lo hacía, hacía ejercicio, pero no era exactamente en gimnasio, era con chicas.. en su cama..
Él también pareció cambiar de parecer cuando lo vio. Ahí tranquilo, sin molestar a nadie.
Todos los días era lo mismo, Harry decidió olvidar al chico nuevo, Louis, pensaba que tenía un lindo nombre y un buen cuerpo, pero era todo, pretendía no darle mucha importancia aparte de las preguntas que le hacía como "¿Sabes que hora es?" o cosas que el amablemente le respondía.
Pero Louis... No podía olvidar su melodiosa voz gruesa y muy sexy, hacia preguntas estúpidas aún sabiendo la respuesta para escuchar en cualquier momento a ese chico, lo imaginaba en su cama pidiendo más de su parte, se sorprendía así mismo, por que nunca pensó estar obsesionado con alguien, sabía que quería que todos lo estuvieran con el, porque lo sentía correcto así.
Louis solo lo seguía en las mañanas, bueno, que no era exactamente seguir, vivía a un par de cuadras de donde el chico de rizos lo hacia, en la hora exacta que salia de su casa sabría que se encontraría con Harry, por que había estado vigilando desde lejos, por donde iba a la escuela y por donde regresaba.
El ojiazul era muy cuidadoso con sus pasos intentando pasar desapercibido por que por primera vez tenía miedo de algo y sentía que cada vez estaba más cerca de conseguirlo, como siempre lo hacía.
El día en que Louis fue invitado a una fiesta, casualmente también lo había sido Harry, y casualmente eso no fue una coincidencia. Louis se había hecho muy buen amigo de los chicos populares, obviamente se lo tenía planeado desde el primer día, porque siempre era lo que el deseaba y nada más. Su plan fue ese, algunas cosas se modificaron en el cuando lo vio, vio como lo trataban y la manera más fácil de llegar a el era por medio de sus "amigos".
El ruloso obviamente también tenía amigos o sólo un amigo, era un tierno chico llamado Niall, del cual uno no puede saber porqué Louis estaba celoso, sentía celos de que el pudiera estar más tiempo con su Harry, porque sí también solo en un par de meses de escuela Louis se había propuesto hacer a Harry suyo.
-¡Harry! -dijo el rubio a un par de metros del risado corriendo hacia el con un papel entre sus manos. Una invitación.
- Hola Ni .- respondió a su debido tiempo mientras mostraba una pequeña sonrisa entre sus pálidos labios.
-¿Adivina quién fue invitado a una fiesta? -esa emoción que se notaba en Niall lo hacía ver como un niño pequeño, porque el era un baby sugar muy tierno.
Harry hizo una pequeña mueca de disgusto, no le gustaban las fiestas por un pequeño problema que había tenido pocos años atrás. Pero al ver el entusiasmo de su único amigo había decidido poner de nuevo esa sonrisa para no desilusionarlo tan rápidamente.-
-¿Tú? - Harry respondió con otra pregunta mientras deladeaba levemente la cabeza haciéndose el sorprendido.
Niall frunció los labios y entre cerro sus ojos algo enojado por lo que le había dicho su amigo. - ¡Sabes que es grosero que respondan una pregunta con otra! -suspiró frustrado por que ya le había dicho eso miles de veces.- Nosotros, Harry, nosotros fuimos invitados a una fiesta.-