Brick

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Su rostro seguía raspándose en los ladrillos del edificio.

—Déjame ir —pronunció fuertemente. El filo estaba claro en sus palabras.

—¿Y si no quiero? —Jimin mordió el lóbulo del otro por detrás. Aún lo tenía acorralado contra la pared, y su mano se movía peligrosamente a los pantalones de éste.

—Jimin, voy a gritar y luego te mataré. Lo juro —advirtió.

—No lo harás. Estarás tan ocupado que ni siquiera podrás pronunciar algo coherente. —Su voz sonaba gruesa y sensual. Mientras hablaba, metió la mano con rudeza hacia el sexo de su presa. Se sintió un ganador cuando éste liberó un grito ahogado—. ¿Lo ves? No te resistas, JungKook.

—Saca —ordenó.

—Jamás. —Y tomó entre sus dedos lo más íntimo del chico frente a él, comenzando un movimiento que hizo temblar las piernas de JungKook.

—Jimin —jadeó—. Jimin... Detente. —Trató de sacar aquella intromisión de sus pantalones, pero el otro era demasiado fuerte y, justo ahora, él estaba demasiado débil. Se esforzaría en vano.

—¿Por qué no estás gritando o asesinándome?

—No... Te... Burles... —pidió, sinceramente. Ya no iba a pelear; ahora sólo se dejaba hacer. Rogaba porque todo terminara rápido—. Cállate, y... termina con... esto... de una vez.

—¿Eso es un ruego? —Aumentó la velocidad del movimiento de su mano.

JungKook no pudo responder, simplemente se afirmó del espacio entre cada ladrillo y así no perdió el equilibrio. Sus piernas a penas le respondían ahora, si no ya hubiese salido corriendo. Aunque, pensándolo bien, no podría hacerlo incluso si sus extremidades funcionaran correctamente.

El vientre le cosquilleaba con la sensación de ser tocado. Su cuerpo lo adoraba, pero su mente lo odiaba. Justo ahora, no tenía control de nada.

Comenzó a gemir suavemente, reprimiéndose. Trató de no respirar, pero eso sólo incrementó su percepción del placer. ¿Por qué se sentía tan bien? No era correcto.

—No aguanto —suspiró. A cambio, recibió un beso bastante intenso en el cuello. Tembló de pies a cabeza. Definitivamente no quería reaccionar así.

—Hazlo para mí —gruñó Jimin en el oído de JungKook—. Quiero sentir tu cuerpo mientras sucede.

Y, sorprendentemente, se derritió ante aquellas palabras. Mordió su labio hasta que sangró. El sólo hecho de escuchar tal frase volteó su mundo por completo.

Cuando llegó al limite, se derramó intensamente en la mano de Jimin. Lanzó el jadeo o gruñido más fuerte de su vida, sin importarle que estuvieran al aire libre, en un callejón, casi consumando el acto fuera de un edificio.

Se volteó hasta quedar cara a cara con Jimin. Le miró fijamente, y algo –no supo qué– le impulsó a chocar sus labios juntos.

Entonces, despertó. Sí, había sido un simple sueño. Gracias a dios.

—No puedo creerlo —suspiró JungKook. ¿De verdad había tenido un sueño húmedo con su acosador personal? Se estaba volviendo loco. Sí, eso tenía que ser.

¿Cómo podía ser posible? No, no, no. No podía estar pasándole. Definitivamente no había querido tener ese sueño. Pero recordó aquella frase o dicho: "Si lo sueñas, lo quieres".

—Jimin, te odio con mi vida —susurró para sí mismo—. Voy a matarte.

Pero en el fondo sabía que no lo haría. Después de todo, era su culpa que estuviese rígido en el bajo vientre. Y le haría solucionarlo, lo obligaría incluso. Aunque sabía que Jimin no se negaría; de hecho, estaba seguro de que éste lo ayudaría encantado.

Recordó la irreal sensación del tacto del otro sobre su cuerpo y un escalofrío le recorrió completamente. Se había sentido tan bien que, en este momento, quería que hubiese sido real.

¡Oh, cielos! Ya había caído con su acosador.

[Fin. Una historia corta, pero esa era la idea.
Gracias por leer.
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Besos, Makiso]
PD: Hay más JiKook en mi perfil.

The Building [JiKook]{Drabble}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora